Otras ciudades que usaron torres antiaéreas incluyen Stuttgart y Frankfurt am Main.
[1] Las torres flak, en cuyo diseño Hitler tomó un interés personal e incluso dibujó algunos bocetos, fueron construidas en tan solo seis meses.
La prioridad del proyecto fue tal que los horarios del ferrocarril nacional alemán se alteraron para facilitar el envío de hormigón, acero y madera a los sitios de construcción.
Las fuerzas soviéticas generalmente maniobraron alrededor de las torres, y eventualmente enviaron a soldados para buscar su sumisión.
Las torres de Berlín fueron dinamitadas, y sus restos desmantelados o enterrados tras la guerra.
Únicamente las torres de Viena han mantenido más o menos su estado original.
Exceptuando Berlín, era muy difícil dinamitar las torres, porque se encontraban en medio de barrios habitados.
En la tercera generación, los cuatro cañones se colocaron tan juntos que quedaban protegidos por torretas.