[8] Su padre había heredado territorios importantes a lo largo de la costa atlántica (Anjou, Normandía e Inglaterra) y expandió su imperio al conquistar Bretaña.
Enrique II con frecuencia se aliaba con el emperador del Sacro Imperio contra Francia, lo que hacía a la relación feudal aún más desafiante.
[18] Esto posiblemente se hizo con el objetivo de introducir a su hijo más joven, sin herencia obvia, hacia una futura carrera eclesiástica.
[53] La política de Ricardo I sobre el continente consistía en intentar recuperar mediante campañas continuas y limitadas los castillos que había perdido ante Felipe II durante la cruzada.
Se alió con los líderes de Flandes, Boulogne y el Sacro Imperio para presionar a Felipe II desde Alemania.
[59] Las fronteras normandas tenían defensas naturales limitadas, pero estaban fuertemente defendidas con fortalezas —como el castillo Gaillard— en puntos estratégicos, construidas y mantenidas a un costo considerable.
Para volver a casarse primero tenía que abandonar a su primera esposa Isabel, condesa de Gloucester; Juan consiguió esto argumentando que no había logrado obtener el permiso papal necesario para casarse con ella en primer lugar; por ser su primo legalmente no podía hacerlo sin tal autorización.
[71] Al principio, Juan adoptó una postura defensiva similar a la de 1199: evitó la batalla abierta y defendió cuidadosamente sus castillos importantes.
Acompañado por William de Roches, su senescal en Anjou, Juan dirigió su ejército mercenario rápidamente hacia el sur para protegerla.
[74] En aquel momento, la mayor parte de la nobleza regional estaba estrechamente vinculada mediante parentesco y este comportamiento hacia sus familiares se consideraba inaceptable.
[75] Intentó convencer al papa Inocencio III para que interviniera en el conflicto, pero los esfuerzos del romano pontífice no tuvieron éxito.
[82] La hermana de Arturo I, Leonor, también capturada en Mirebeau, estuvo recluida por el rey inglés durante muchos años, aunque en condiciones relativamente buenas.
[83] Las opiniones varían entre los historiadores en cuanto a la habilidad militar mostrada por el rey inglés durante esta campaña y los investigadores más recientes argumentan que su actuación fue aceptable, aunque no impresionante.
[83] Esto no solo era un golpe personal para Juan, sino que amenazó con desenmarañar las grandes alianzas angevinas en el sur de Francia.
[105] Visto positivamente, Lewis Warren consideró que cumplió «su deber real de proporcionar justicia [...] con un celo y una dedicación incansable al common law anglosajón».
[106] Las reformas de Juan fueron menos populares entre los barones, especialmente porque permanecieron sujetos a una justicia real arbitraria y frecuentemente vengativa.
[108] Juan intensificó sus esfuerzos por maximizar las fuentes posibles de ingresos, en la medida en que ha sido descrito posteriormente como «avaro, mezquino, extorsivo y con mentalidad monetaria».
Esta presión inflacionaria continuó durante el resto del siglo XIII y tuvo consecuencias económicas a largo plazo en Inglaterra.
[118] Era habitual en ese momento que el rey recaudara impuestos en plata, que luego fundía en monedas nuevas; estas monedas luego se guardaban en barriles y eran enviadas a los castillos reales, para ser utilizadas en el contrato de mercenarios o para cubrir otros gastos.
[122][123] Otra sección de seguidores reales era la curia regis; estos curiales eran los altos funcionarios y agentes del rey, esenciales para su gobierno cotidiano.
[143] El historiador Frank McLynn argumentó que los primeros años del rey inglés en Fontevrault, en combinación con su educación relativamente avanzada, pudieron haberlo apartado de la Iglesia.
[147] La evidencia disponible sugiere que Juan no consideró la pérdida del ducado como un cambio permanente en el poder de los Capetos.
[191] Inocencio III inmediatamente se volvió contra Felipe II, porque le solicitó que rechazara los planes de invadir Inglaterra y exigió la paz.
[195] Para algunos, el nombramiento de Peter des Roches como justiciar fue un factor importante, ya que muchos barones lo consideraban un «extranjero desagradable».
[197] No obstante, cuando se dirigió a Poitou, en febrero de 1214, muchos barones rehusaron prestar el servicio militar; los caballeros mercenarios tenían que llenar los huecos.
[222] Probablemente Felipe II le haya proporcionado apoyo privado, pero rehusó asistirlo públicamente ya que fue excomulgado por Inocencio III por participar en la guerra contra Juan.
[223] Una vez controlado a Alejandro II, Juan se desplazó al sur para enfrentar el desafío de la próxima invasión.
[220] Para infortunio del rey inglés, su flota se dispersó por las malas tormentas y Luis arribó sin oposición en Kent.
[263] Bradbury adoptó una postura moderada, pero indicó que en los últimos años los historiadores modernos han sido excesivamente indulgentes con sus numerosas fallas.
[273] Durante el siglo XX, habitualmente aparecía representado en libros de ficción y películas junto a Robin Hood.