Algunos lingüistas prefieren el término «anglo-francés» que refleja mejor el origen heterogéneo de esta lengua.
A pesar de que la clase nobiliaria se fue fusionando con la población británica, los estrechos y constantes intercambios culturales, jurídicos y comerciales con Francia hicieron que el anglonormando permaneciera vivo en los escritos hasta mediados del siglo XV.
Del siglo XIII al siglo XV, la correspondencia privada y comercial se escribía en anglonormando, o anglo-francés, sobre todo sí se tiene en cuenta que en la Edad Media el francés era la lengua comercial de la Europa occidental.
Se denomina literatura anglonormanda a la compuesta en idioma anglonormando entre 1066 y 1204, periodo durante el cual el Ducado de Normandía e Inglaterra estuvieron unidos formando un único reino.
El enorme prestigio del francés se mantuvo, efectivamente, hasta el siglo XIV, dominando la vida pública inglesa.