Fungió como Embajador de Buena Voluntad para Unicef, y como presidente del Movimiento Federalista Mundial.
Su extraordinaria capacidad multifacética le hizo ganar la reputación de polímata u Hombre del Renacimiento.
Peter Ustinov se autodescribió en alguna ocasión como "europeo practicante", pero era el ejemplo vivo de un ciudadano del mundo.
También son destacables los filmes: La burla del diablo, No somos ángeles y Sinuhé, el egipcio (las dos últimas dirigidas por Michael Curtiz), Lola Montes de Max Ophuls, Romanoff and Juliet (1961), Topkapi (1964), donde obtuvo su segundo Premio Oscar al mejor actor secundario, Viva Max!
[5] En 1957 participó en una producción española: Un ángel pasó por Brooklyn de Ladislao Vajda, película para el lucimiento del niño prodigio Pablito Calvo.
En los últimos años de su vida se dedicó a dictar conferencias como animador (conférencier) y era invitado frecuente en muchos talkshows.