En conjunto formaban un inmenso[cita requerida] ejército de 1500 caballeros, 4000 hombres a caballo y 20 000 infantes.
El 27 por la mañana, Felipe Augusto se dirigió hacia el suroeste, a Bouvines, en la llanura del Cambréis, que presentaba un terreno más favorable para desplegar su caballería.
El rey envió entonces a sus ingenieros para que agrandaran el puente y sus tropas pudieran acelerar el paso.
Pero el rey volvió a ponerse en pie y un caballero le ofreció su caballo.
En aquel momento, Guillaume des Barres se lanzó con sus caballeros con la intención de apresar a Otón.
[3] El rey de Francia había corrido un gran riesgo al aceptar aquel desafío, pero con la victoria ponía fin a la coalición.
Para Philippe Contamine, "la batalla de Bouvines tuvo, a la vez, importantes consecuencias y una gran repercusión".
Otón perdió su corona y el Sacro Imperio Romano Germánico quedó en manos de Federico II, entonces Rey de Romanos, nombrado en 1211, 1212 y ratificado en 1215 (cuando Otón IV fuera depuesto del imperio y asesinado en sus dominios de Brondwich en 1218), coronado emperador en 1220 por el Papa Honorio III.
Desposeído de Normandía, Maine, Anjou, Touraine y de Bretaña desde 1206, Juan sin Tierra cesó sus hostilidades y reinó en Inglaterra, para lo que se vio obligado a conceder a sus barones la Carta Magna (1215).
Por parte francesa, la dinastía capetiana resultó reforzada, mientras que las recientes adquisiciones de Felipe Augusto (hurtadas a Juan sin Tierra) se consolidaron.