Se casó con Tamar Ángelo Comneno, heredera del Despotado de Epiro, lo que le permitió expandir sus dominios en Grecia, adquiriendo soberanía sobre Acaya, el Ducado de Atenas y Tesalia.
Al morir, sus títulos y derechos pasaron a su hijo Roberto, quien continuó la dinastía Anjou-Tarento.
[6] No obstante, el emperador bizantino Andrónico II Paleólogo se opuso a estos planes y envió un ejército, que estaba asistido por una armada genovesa, para atacar la capital epirota de Arta;[7] al principio tuvo éxito, ya que no solo pudo conquistar Ioánina, sino también Durazzo antes de emprender una retirada estratégica, pero la alianza planeada no pudo evitarse.
Al mismo tiempo, tenía que transferir todo el Despotado de Epiro, incluidas conquistas posteriores, a su hija y solo se le permitía conservar el usufructo durante su vida, mientras que los castillos de Angelokastro, Vrachova, Ioánina, Naupacto y Vonitsa debían pasar a su yerno inmediatamente.
[7][10] Las negociaciones fueron difíciles y largas, pero a fines de 1293 se completó el acuerdo y en julio del año siguiente se firmó el compromiso de matrimonio.
[4] Entre 1294 y 1295, Carlos II designó a Felipe vicario general del Reino durante sus tres periodos de ausencia; sin embargo, no pudo granjearse un buen papel político durante su gobierno.
El viaje de Felipe a Sicilia había suscitado el rechazo del papa Bonifacio VIII y de los cardenales Gerardo Bianchi y Matteo Rosso Orsini.
[4][7] Sin embargo, Felipe decidió actuar por su propia cuenta y cambió de rumbo, desembarcando en Trapani.
En 1304, recibió una segunda investidura, con lo que ampliaba notablemente el Principado, y también se le otorgó la alta jurisdicción penal dentro de sus feudos.
[21] En abril de ese mismo año, mandó emisarios a la corte de Ana para que entregara la herencia prometida en el acuerdo matrimonial, pero esta no aceptó, ya que deseaba asegurar todo el Despotado para su hijo Tomás.
[23] Luego de unas primeras victorias, Ana consiguió sobornarlo para que abandonara la campaña.
No obstante, en el otoño de 1304, decidió comandar en persona la campaña contra Epiro.
[29] Sin embargo, la campaña fracasó completamente debido a que su ejército quedó diezmado por una epidemia de disentería.
[30] A comienzos de 1307, Felipe viajó a la curia papal que se celebró en Poitiers, ya que quería reunirse con el papa Clemente V para discutir sobre sus proyectos en Romania.
Allí, con la anuencia del rey Jaime II de Aragón, pretendió una alianza con la Gran Compañía que utilizaría para emprender una nueva campaña contra los epirotas, pero las negociaciones no fructificaron.
Este matrimonio podía concretarse, ya que él se había divorciado de Tamar en 1309.
Asimismo, si Carlos no tuviera herederos con su esposa, sus reclamos constantinopolitanos volverían a la Casa de Valois.
[40] En 1314, Felipe participó en la invasión a Sicilia emprendida por su hermano Roberto, la cual terminó en fracaso; después, en el verano de dicho año, el rey encargó a su hermano menor, Pedro de Éboli,[41] que acaudillara las huestes güelfas florentinas frente a los gibelinos pisanos, que estaban bajo el mando del condotiero Uguccione della Faggiola; sin embargo, las maniobras del conde no tuvieron éxito, así los florentinos pidieron al rey que mandara al propio Felipe a hacerse cargo de las mesnadas güelfas de la Toscana.
Durante el viaje, que se prolongó hasta el 6 de agosto, se le unieron los toscanos, lo que incrementaba sus efectivos hasta los cuatro mil doscientos hombres de armas.
[42] Carlos y Pedro murieron en combate;[43] el príncipe tarentino, en cambio, pudo salvarse y huir a Florencia, siendo reemplazado en diciembre de 1315 por Beltrán del Balzo, aunque debido a su enfermedad permaneció en la ciudad hasta comienzos de 1316.
[44] Durante los años siguientes, Felipe llevó a cabo algunos intentos ocasionales para hacerse con Constantinopla mediante la búsqueda de aliados, aunque sin resultados.
En julio de 1318, aún sin concretar sus siguientes maniobras, se dirigió, junto a sus hermanos Roberto y Juan de Gravina, a Génova, que estaba siendo asediada por los gibelinos.
El éxito de la campaña, permitió que la ciudad estuviera subordinada a los monarcas napolitanos durante los siguientes diez años.
Pero, como parte del trato su hija Beatriz, debía casarse con Felipe de Romania y aportar la misma cantidad que había pagado a Odón IV como dote.
A su vez, Luis cedía todos sus derechos y reclamos en Grecia al príncipe tarentino.
[4]No obstante, en junio de 1331 falleció el joven Felipe, lo que obligó a cancelar todos los planes.
[4] Su hijo Roberto, el primero que tuvo con Catalina, asumió sus títulos y derechos en Romania.