En 1343 finalmente muere el rey Roberto y su voluntad estipulaba que Andrés debía ser coronado como rey por su propio derecho y no por los de Juana, basado en como el propio rey Roberto había desplazado a su hermano, y abuelo de Andrés, Carlos Martel de Hungría.
Un año después, nunca claro si por las órdenes o no de la reina, su esposo fue asesinado en Aversa, lo que generó gran tensión con otro primo, el soberano húngaro Luis I. Luis y su madre se hallaban enardecidos y reclamaban justicia, y el trono napolitano para su otro hermano menor Esteban de Anjou de Hungría.
Luis sería su único esposo coronado como correy de Nápoles y moriría en 1362 sin herederos varones, por lo que sus títulos pasarían a su hermano menor.
El papa napolitano Urbano VI reaccionó deponiendo y excomulgando a la reina.
[2] Los napolitanos la abandonaron y, tras caer prisionera, fue estrangulada por orden del nuevo rey Carlos III (1381-1386).