Entre esas campañas merecen especial mención el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, cuyos efectos sobre la sociedad china se dejarían sentir durante mucho tiempo.
El nuevo Estado quedaba bajo el control total del Partido Comunista a través de sus organizaciones regionales, coordinadas por un Comité Central que en aquel momento contaba con cuarenta y cuatro miembros.
El territorio chino quedó dividido en seis regiones militares desde las que algunos de los dirigentes más influyentes del Partido, como Gao Gang o Peng Dehuai, controlaban la política regional.
La Unión Soviética ofreció a China diversos programas de cooperación económica y tecnológica, así como préstamos, para afrontar la industrialización del país.
Junto a las reformas sociales y económicas, la otra prioridad nacional para los comunistas era el restablecimiento de la integridad territorial china.
Como en la Unión Soviética, se decidió aplicar un plan quinquenal que establecía objetivos de crecimiento en la producción agrícola e industrial para los cinco años siguientes.
Junto a estos profundos cambios sociales y culturales que vivía el país en los años 1950, la economía continuaba creciendo.
En este sentido, las difíciles relaciones entre el comunismo chino y el soviético comenzaban ya a mostrar fisuras cada vez mayores, que culminarían años más tarde en un conflicto abierto.
Así, durante el año 1958 se movilizó a la población china para acometer los gigantescos retos de desarrollo industrial señalados por Mao.
El Gran Salto Adelante tendría así profundos efectos sociales, al separar a numerosas familias, alterando el modo de vida tradicional del medio rural.
En aquella reunión, Mao abandonó la jefatura del Estado, que pasó a Liu Shaoqi, nombrado Presidente de la República Popular.
Frente a todos estos problemas, los hombres que llevaban las riendas de la política del Estado, en especial Liu Shaoqi y Deng Xiaoping, intentaban reactivar el crecimiento económico.
Sin embargo, Mao no parecía haber aceptado de buen grado su paso a una posición simbólica, y ambicionaba retomar el poder político.
El deterioro de las relaciones entre la República Popular y la Unión Soviética se haría mucho más intenso tras el fracaso del Gran Salto Adelante.
En 1960, la Unión Soviética retiraba a todo su personal técnico establecido en China, y cancelaba los proyectos de cooperación entre los dos países.
A partir de ese momento, la República Popular se quedaba aún más aislada, sin apoyos en Occidente ni tampoco en el bloque soviético.
Además, la República Popular China necesitaba abandonar su aislacionismo y, enfrentada al bloque soviético, la mejora de relaciones con Occidente e incluso con Japón se convirtió en una prioridad.
Posteriormente, la Revolución Cultural dañó severamente el estado de derecho, así como la cultura tradicional china y los valores morales; Las masacres tuvieron lugar en todo el país, mientras que también se produjo el canibalismo masivo.
Estas protestas habrían sido una muestra del apoyo popular real que tenía la facción de Deng Xiaoping, a quien Zhou Enlai había rehabilitado y parecía favorecer como sucesor.
Sin embargo, Mao Zedong dependía del apoyo de los que años después serían conocidos despectivamente como la Banda de los Cuatro, la facción liderada por su mujer Jiang Qing y enfrentada a Deng Xiaoping, a quien ya habían conseguido apartar del poder durante la Revolución Cultural.
Deng Xiaoping, Hu Yaobang y el primer ministro Zhao Ziyang debían enfrentarse al reto ineludible de la reforma económica.
Los desequilibrios en el modelo de desarrollo se dejaban ver en la creciente inflación, que en 1980, según estimaciones no oficiales, pasaba del 15%.
[50][51] En octubre de 1987, en el 13.º Congreso Nacional del PCCh presidido por Deng, Zhao Ziyang dio un informe redactado por Bao Tong sobre las reformas políticas.
Las manifestaciones fueron aumentando en días sucesivos y durante el mes de mayo se extendieron a muchas otras ciudades chinas.
El anciano líder Deng Xiaoping parece haber vacilado en su apoyo, pero finalmente acabaría respaldando al sector representado por Li Peng.
El 17 de mayo, en una reunión al más alto nivel, se decidió la destitución inmediata del secretario general Zhao Ziyang.
Durante los días siguientes, Deng Xiaoping, junto a Li Peng y al presidente Yang Shangkun, dirigió la operación militar para acabar con las protestas.
Deng reconocería como uno de sus mayores errores el no haber convertido a Shanghái en zona económica especial muchos años antes.
Hu, al igual que el primer ministro Wen Jiabao, pertenece a la cuarta generación de líderes comunistas chinos.
[109][110][111] Xi propuso la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que recibió la atención generalizada del mundo (tanto recepciones como críticas).