[28] Durante la maduración se produce un proceso que implica la degeneración progresiva y/o la muerte de las neuronas.
Muchos de estos síntomas son comunes en los ancianos y pueden ser causados por otras afecciones.
La pérdida del equilibrio puede hacer que el paciente se caiga y producir lesiones.
La bradicinesia o lentitud en los movimientos hace que el paciente tenga que esforzar el doble para realizar sus tareas cotidianas porque se ven afectados, sobre todo, los movimientos de precisión como abrocharse los botones o escribir.
Cuando la enfermedad avanza puede tener dificultades para levantarse de la silla, darse vuelta en la cama y tiene que caminar lentamente.
En general los síntomas se ven agravados por el estrés y las situaciones emocionales que causan ansiedad.
Las dificultades para dormir se deben a la ansiedad, el dolor o la rigidez muscular.
El cansancio es un estado de agotamiento físico y mental muy común en pacientes parkinsonianos.
Esto puede ser mejorado con la medicación adecuada si se identifica cuál es la causa que lo provoca.
La ansiedad aparece ante cualquier situación estresante, por no poder realizar las tareas cotidianas como el paciente estaba acostumbrado o por tener que hablar en público.
La ansiedad puede llegar incluso a provocar mayor inestabilidad, dificultad para respirar y sudoración excesiva.
[41] La contención emocional de las personas que rodean al paciente es fundamental y un componente clave en la atención del parkinsoniano pues le proporciona numerosos beneficios.
La disfunción autonómica se acompaña de diversas manifestaciones: hipotensión ortostática, estreñimiento, urgencia miccional, sudoración excesiva, seborrea.
La hipotensión ortostática puede ser ocasionada tanto por la denervación simpática del corazón como por efecto colateral de la terapia dopaminomimética.
Con todo esto ni siquiera es recomendable realizar este tipo de secuenciaciones si no se ha presentado previamente ningún síntoma de la enfermedad, al ser una enfermedad grave y actualmente sin cura, los pacientes rara vez prefieren no saber su futuro con respecto al párkinson.
La prueba terapéutica con levodopa suele ser confirmatoria si se sospecha la enfermedad; sin embargo si la prueba resulta negativa el médico tendrá que seguir investigando otras probables causas del trastorno o realizar estudios de mayor profundidad como los marcadores genéticos.
[43] Al igual que los marcadores genéticos, se han identificado modificaciones epigenéticas relacionadas con esta patología.
En la actualidad, el tratamiento puede ser de tres tipos: farmacológico, quirúrgico y rehabilitador.
La levodopa, un fármaco oral que combina con carbidopa o benseracida, lográndose con esto una reducción en las dosis necesarias y un amortiguamiento de los efectos secundarios periféricos.
La estructura de la levodopa permite que esta penetre en el cerebro, donde se sobreviene la transformación en dopamina.
[Nota 2] Con la excepción de la cabergolina, el resto pueden usarse en monoterapia o asociados a levodopa.
Entre sus efectos adversos sobresalen las náuseas y vómitos, pero también se pueden presentar otros tales como congestión nasal, cefalea, visión borrosa o arritmias.
Pero con el avance tecnológico experimentado en estos últimos años, se han logrado conseguir novedosas técnicas de imagen cerebral que han permitido mejorar la precisión quirúrgica, recuperando la neurocirugía su popularidad como tratamiento para algunas personas con enfermedad de Parkinson que por diversos motivos, ya no responden al tratamiento con fármacos.
Los estudios realizados en las últimas décadas han dado lugar a grandes mejoras en las técnicas quirúrgicas, por lo que la cirugía de nuevo se está utilizando en las personas con enfermedad de Parkinson avanzada para quienes la terapia farmacológica ya no es suficiente.
[52] La estimulación cerebral profunda (ECP) es el tratamiento quirúrgico más utilizado, desarrollado en la década de 1980 por Alim -Louis Benabid y otros.
La ECP se recomienda para personas que tienen enfermedad de Parkinson con fluctuaciones motoras y temblor no controlado con los fármacos, o para aquellos que son intolerantes a la medicación, siempre y cuando no tengan problemas neuropsiquiátricos graves.
Si con el tratamiento farmacológico se consigue que los pacientes mejoren en cuanto a los síntomas motores se refiere, no sucede lo mismo con el equilibrio, pues este va empeorando a lo largo del transcurso de la enfermedad.
De hecho, se han llevado a cabo varios estudios que demostraron que no se experimentan cambios en el equilibrio global en pacientes con enfermedad de Parkinson en relación con la administración del tratamiento farmacológico.
[58] No obstante, se necesitan más estudios acerca de ese tema para verificar dicha teoría.
[64][65] En mayo y junio de 2016 se dieron a conocer varios descubrimientos importantes realizados en Estados Unidos.