[8] La vía dopaminérgica en la sustancia negra es esencial en la función motora, y, comúnmente, una lesión en esta zona se relaciona con la aparición de hipocinesia.
Cuando se activa, la vía directa envía información sensorial y motor de la corteza cerebral a la primera estructura del ganglio basal, el putamen.
La vía indirecta, viajando a través del putamen, globo pálido externo y núcleo subtalámico, activa el umbral del globo pálido interno e impide al tálamo comunicarse con la corteza motora, produciendo síntomas hipocinéticos.
[15] Una vez que la reacción a los fármacos dopaminérgicos comienza a fluctuar en los pacientes de Parkinson, se suele usar la estimulación cerebral profunda (DBS) del núcleo subtalámico y el globo pálido medial para tratar la hipocinesia.
[9][16][17] DBS, como los fármacos dopaminérgicos, proporciona un alivio inicial, pero el uso crónico empeora la hipocinesia y la "congelación" de la marcha.
[9][18] Una DBS en baja frecuencia en patrones irregulares se ha mostrado más efectiva y menos perjudicial en el tratamiento.
[9] Ambas actúan juntas para aumentar los niveles de dopamina en la corteza estriada y prefrontal.
[9] Los nuevos tratamientos incluyen aumentar el número de células dopaminérgicas implantando células madres en el ganglio basal o estimulando la producción endógena de célululas madre y su desplazamiento al ganglio basal.
Sin embargo, son posibles distintas complicaciones, como la formación de tumores, una migración celular inapropiada, el rechazo de las células por el sistema inmune, y la hemorragia cerebral, provocando que muchos médicos crean que los riesgos superan los posibles beneficios.
Se pueden tomar dosis bajas con tratamiento dopaminérgico para disminuir la cantidad de L-DOPA necesaria, que puede reducir sus efectos secundarios a largo plazo y mejorar la actividad motora.
La terapia de baile ha mostrado reducir los movimientos hipocinéticos y la rigidez, aunque enfocados más en los aspectos musculares del trastorno que en la actividad neural.
En el trastorno, los hombres tienden a mostrar más rigidez y las mujeres un mayor comportamiento motor bradicinésico.
En la hipocinesia que comienza en la juventud (menor de 45 años), normalmente ocurre una pérdida celular ligeramente mayor en la sustancia negra con una distonía y rigidez muscular más pronunciada.
En la hipocinesia que comienza en la vejez (mayor de 70 años), se suele ver más una marcha hipocinética y dificultad para caminar, sin distonía.
Ambos inicios pueden mostrar temblores en reposo, aunque generalmente se encuentra en casos que comienzan en la vejez.
En pacientes con estrés normal, la activación del sistema nervioso simpático suele desencadenar una reacción de lucha o huida.