[2] No obstante, esa crítica ha sido desafiada principalmente porque el primer ministro Zhou Enlai desempeñó un importante papel en la campaña.
La represión que siguió al fracaso de la campaña terminó radicalizando la ortodoxia ideológica maoísta frente a eventuales opiniones particulares divergentes o disidentes.
Naturalmente, la única escuela de pensamiento aceptada como guía ideológica en ese tiempo era la marxista-leninista (según la ortodoxia estalinista), la que sería posteriormente reinterpretada por el propio Mao Zedong durante ese decenio y le iría dando forma a su propia variante ideológica, que pasaría a ser conocida como maoísmo.
Los intelectuales que habían abandonado China regresaron al país para tomar parte en la “creación de un nuevo orden”.
La idea era que los intelectuales discutiesen acerca de los problemas prácticos del país, para así promover reformas institucionales y hasta artísticas.
El nombre del movimiento se originó a partir del poema en chino tradicional, 百花齊放,百家爭鳴; en chino simplificado, 百花齐放,百家争鸣; pinyin, bǎi huā qífàng, bǎi jiā zhēngmíng, traducido como “Que 100 flores florezcan, que 100 escuelas de pensamiento compitan”.
El gobierno central no recibió muchas críticas, aunque hubo un incremente significativo de cartas que proponían consejos relativamente “conservadores”.
El primer ministro Zhou Enlai recibió algunas de esas cartas, y una vez más se dio cuenta de que, aunque la campaña había ganada una notable publicidad, no estaba progresando tanto como se había deseado originalmente.
La recepción que tuvo la medida entre los intelectuales fue prácticamente inmediata, y los más entusiastas de ellos terminaron despachando sus críticas contra cualquier tabú político o ideológico.
Muchas de las misivas aconsejaban al gobierno ser “democrático”, “abrirse” y en general criticaban en mayor o menor medida el sistema político.
Por un lado, había tenido lugar la denuncia realizada por el líder soviético Nikita Jrushchov a las políticas de su fallecido antecesor, Iósif Stalin.
Esta, que recién finalizaría con su muerte en 1976, se volvería tan violenta y virulenta que el propio dirigente máximo se vio obligado a convocar al Ejército Popular de Liberación para restablecer el orden dentro del gigantesco país.
Otro resultado importante de la Campaña de las Cien Flores era que terminó desalentando seriamente el disenso político, e hizo que los intelectuales se volviesen renuentes a criticar a Mao y al Partido Comunista Chino en el futuro.