Zonas económicas especiales de China

Se diferencian del resto del país principalmente en que en ellas el gobierno chino aplica políticas económicas especiales, más orientadas al libre mercado y con mayor flexibilidad en asuntos gubernamentales.

Además, al contrario que la economía más planificada del resto de China, las ZEE utilizan un sistema de gestión económica diseñado para ser más atractivo a empresas extranjeras y nacionales, todo ello para que sirvan de plataforma desde donde estas puedan incorporarse al mercado del resto del país.

Aunque existen diversas corrientes que debaten el alcance real o las razones del crecimiento de China desde la reforma económica,[3]​ la cual ha sido objeto de todo tipo de análisis, existe consenso en señalar en líneas generales que estas cuatro décadas se han saldado con un «éxito espectacular».

En el momento en que Deng tomó el poder, ya tenía un amplio apoyo entre las élites para promulgar grandes reformas económicas.

[5]​ A nivel teórico los dirigentes chinos no negaron que la instalación de fábricas extranjeras en el país equivalía a un tipo de explotación contraria a la orientación socialista de la nación, sin embargo esquivaron la cuestión al afirmar que «la economía socialista, al ocupar una posición dominante, hacía que las economías especiales fueran solo un suplemento menor».

[6]​ En definitiva, el trato preferente a los empresarios extranjeros en las ZEE se justificaba en la situación económica del país y su posición en el extranjero, y por tanto concordaba con los intereses de China en la construcción del socialismo.

Sin embargo, los esfuerzos del gobierno y el empeño de las administraciones locales por fomentar una atmósfera de inversión clara y certera hicieron que los temores iniciales se despejasen rápidamente.

Kasgar, que el año anterior había experimentado una tasa de crecimiento interanual del 17,4%, significó un cambio de rumbo en este aspecto; si décadas atrás las ZEE se habían establecido en zonas costeras del sur, el nombramiento de Kasgar como zona económica especial significó un viraje hacia estados fronterizos independientes de la antigua Asia central soviética, donde China buscaba crear vínculos comerciales a nivel internacional.

[14]​ Para Stoltenberg, el factor más significativo de la evolución del comercio exterior y la inversión en China en la década de 1980 «fue la pragmática flexibilidad con la que el país superó los desafíos inherentes a su desarrollo».

[20]​ En ese año la ciudad tenía comprometidos 1700 millones de dólares (USD) en inversiones procedentes del extranjero y el 80% de las empresas recién establecidas o que habían formado alianzas con empresas locales estaban generando beneficios.

[28]​ En suma, China registró desde 1978 un crecimiento elevado y estable, que descansó en una industrialización sostenida.

Otros especialistas, sin embargo, critican esas posiciones y señalan que la estrategia adoptada, gradualista y de experimentación, contribuyó al éxito del desarrollo chino.

[34]​ Ese mismo año, las exportaciones chinas de carbón, cemento y televisores ya eran las más altas del mundo y las exportaciones de acero o fibra química eran las segundas.

[30]​ El PIB se había incrementado en un 7,8% ese mismo año (1978), con una inflación del 0,7%, había superávit estatal, un reducido déficit comercial y una deuda externa de apenas el 1,5% del PIB (1980).

[29]​ Tras 25 años de apertura, China se había convertido en el segundo mayor receptor de inversión extranjera del mundo tras Estados Unidos[22]​ y puntualmente en 2003, llegó a superar a Estados Unidos.

[11]​ Países como India, Pakistán, Irán, Kazajistán, Filipinas, Polonia, México o Rusia han desarrollado proyectos replicando la experiencia china.

La estrategia desarrollada por el país en torno a estas áreas está orientada a cambiar la dinámica del sistema económico a través de zonas costeras que sirvan como plataformas de exportación, además de como bases para el desarrollo del comercio, los negocios, la infraestructura y la tecnología.

[22]​ La adaptación a un sistema económico basado en el comercio y el libre mercado ha dado como resultado el desarrollo paralelo de la producción industrial, agroindustrial y de servicios, especialmente financieros.

En 1984, dado el éxito cosechado en tan pocos años, se establecieron catorce nuevas ciudades costeras: Dalián, Qinhuangdao, Tianjin, Yantai, Qingdao, Lianyungang, Nantong, Shanghái, Ningbó, Wenzhou, Fuzhou, Cantón, Zhanjiang y Beihai.

Las zonas económicas especiales de China, localizadas en las zonas costeras del sur (en rojo). También se muestran las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao (en verde).
Evolución de la población de Shenzhen entre 1980 y 2010; los diferentes colores señalan la población con o sin residencia permanente. En 2018, su población metropolitana superaba los 23 millones de habitantes. [ 16 ]
La ciudad de Shenzhen y su extraordinario crecimiento económico y demográfico de las últimas décadas puede servir como paradigma del impacto de las ZEE