Revolución social española de 1936

En el mismo Congreso también se acordaron las medidas para defender la nueva sociedad comunista libertaria instaurada tras el triunfo de la revolución «ya sea contra el peligro de una invasión extranjera capitalista, ya para evitar la contrarrevolución en el interior del país»:[7]​Así describió en sus memorias el comunista Manuel Tagüeña lo que sucedió en la zona republicana durante los primeros meses de la guerra civil:[8]​Los sindicatos CNT y UGT convocan una huelga general del 19 al 23 de julio como respuesta a la sublevación militar.Las fábricas fueron organizadas por comités de trabajadores, las áreas agrícolas llegaron a colectivizarse y funcionar como comunas libertarias.[11]​ Sin embargo, dado que el Ministerio de Agricultura, y por extensión el IRA, estaban bajo control del Partido Comunista, hostil a la colectivización, los datos podrían ser mayores.En el área valenciana se constituirán 353 colectividades, 264 dirigidas por la CNT, 69 por la UGT y 20 de manera mixta CNT-UGT.[13]​ En Cataluña los sindicatos obreros de la CNT se hicieron con numerosas fábricas textiles, organizaron los tranvías y los autobuses de Barcelona, implantaron empresas colectivas en la pesca, en la industria del calzado e incluso se extendió a los pequeños comercios al por menor y a los espectáculos públicos.Durante estos meses el Gobierno pasa a controlar definitivamente las milicias populares anarquistas, disolviéndolas para que se integren obligatoriamente en el Ejército Popular, estructurado y jerarquizado bajo mando de oficiales profesionales.El 12 del mismo mes, la Generalidad aprueba una orden exigiendo la entrega de todas las armas largas y materias explosivas a los grupos que no estén militarizados.Asimismo, la undécima división comunista arremete contra diversos comités aragoneses y disuelve las colectivizaciones, aunque poco después se reorganizan en muchos casos.El día 7, el gobierno autoriza el culto religioso en privado, una de sus muchas medidas intentando restablecer el poder del Gobierno en la zona republicana, al tiempo que en Barcelona se producen manifestaciones contra la suspensión de la publicación anarcosindicalista Solidaridad Obrera, disueltas con gran violencia.[36]​ El segundo lugar, el anarquismo defiende que el trabajador se esforzará por producir y mejorar el proceso mientras controle la actividad productiva, el marxismo en cambio entiende que el trabajador se esforzará más a cambio de recibir una retribución mayor.A nivel político, la colectivización del cine fue una nueva forma de entender el arte radicalmente opuesta al sistema burgués y capitalista.No hubo unidad de criterio en el proceso creativo, el dogmatismo no se instaló entre bastidores ni detrás del objetivo, y el séptimo arte incorporó una nueva forma de reporterismo al echarse con las cámaras a la calle para rodar lo que ocurría a su alrededor.Se había puesto en marcha la movilización popular para contar lo que veía su mirada y los mensajes surgían como contrainformación.El género documental fue indudablemente el más realizado pues el marco de la guerra inundaba irremediablemente cualquier actividad.Aunque en Madrid la actividad productiva fue menos importante que en Barcelona, se rodaron 24 películas entre documental y ficción.Cabe recordar la Primavera de Praga o el Mayo francés del 68, donde la contrainformación también jugaría un papel muy importante.Aunque al principio siguiera habiendo talleres pequeños, más tarde se irían sumando a la socialización.Aunque algunos intercambios los realizan mediante el trueque (con otros ramos socializados, o bien a algunas colectividades agrarias), en la mayoría de ocasiones tuvieron que utilizar dinero.Si un pequeño propietario quería seguir trabajando la tierra por su cuenta, podía hacerlo siempre que no contratase a nadie.[51]​ En estas asambleas se trataban todos los temas concernientes al pueblo, pudiendo participar en ellas también personas que hubiesen decidido no ingresar en la colectividad, sin voto en tal caso.Entre las colectividades existió también el intercambio, ya fuera en forma de trueque, con papel moneda propio o con dinero oficial.Estaban formadas por las personas que quisieran pertenecer y se repartía el trabajo a realizar entre los diferentes miembros.[55]​ Una vez que el Estado se volvió a estructurar en cualquiera de sus niveles intentó frenar, dirigir o al menos encauzar las colectividades.Los datos citados, aunque sean mínimos, se pueden reseñar: un centenar de colectivos agrícolas con 13.000 personas.Aunque el estudio es bastante completo, en el caso del Cantábrico, Mintz no está comentando nada de Asturias, que en toda la guerra puso bajo control obrero prácticamente toda su industria y su minería, que seguramente totalizaría más de 80.000 trabajadores.Dentro del ámbito educativo también se dieron experiencias importantes, aunque tuvieron grandes inconvenientes para poder realizar una labor más intensa.[60]​ En las zonas rurales el movimiento colectivista se vio forzado a intervenir más directamente que en las ciudades.En la posterior defensa de la ciudad, intervinieron numerosos anarcosindicalistas como la columna dirigida por el madrileño Cipriano Mera.
Póster propagandístico de la CNT llamando a la revolución (1930).
Miliciana posa con un rifle sobre un cañón, Barcelona, 1936.
Milicianas anarquistas durante la Revolución social española de 1936.
Cartel propagandístico de la CNT - FAI (1936) animando a defender la revolución.
Póster propagandístico del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) , obra del cartelista Josep Renau . Se muestran los cuatro grupos que intentaba aglutinar la revolución social; obreros , campesinos, militares e intelectuales .
Emblema de la CNT .
Portada de Homenaje a Cataluña (1938), de George Orwell , obra en la que relata su experiencia en Cataluña y Aragón durante la guerra como militante del P.O.U.M.
Milicianos de la Columna Ascaso en julio de 1936, antes de partir al Frente de Aragón .
Milicianos en una barricada improvisada en Barcelona (19 de julio de 1936).
Escudo del Consejo Regional de Defensa de Aragón
Póster propagandístico de la CNT , animando a combatir en la guerra civil española .
Manifestación obrera con consignas de la FAI , CNT , AIT y Solidaridad Obrera .
Evolución del número de afiliados oficiales de la CNT entre 1911 y 1937.
Funeral de Durruti en Barcelona (23 de noviembre de 1936). La pérdida de este líder anarquista durante la Defensa de Madrid supuso un duro golpe para las milicias en la Guerra Civil .
La activista anarco-feminista Lucía Sánchez Saornil junto a la anarquista rusa Emma Goldman (1938).
Milicianos republicanos fusilando la estatua del Sagrado Corazón, en el Cerro de los Ángeles ( Madrid ), el 28 de julio de 1936. Este monumento se encuentra en el centro geográfico de la Península Ibérica , por lo que esta ejecución simbólica pretendía representar el fin del catolicismo en España .
Trabajadores de una fábrica colectivizada de autobuses en Barcelona (1936). A comienzos de la guerra, muchas fábricas fueron tomadas por los sindicatos, y se estableció la autogestión de las mismas por los trabajadores.
Cartel de la CNT fechado en mayo de 1937, donde se muestra una industria textil colectivizada: Industria Obrera Colectivizada de Colchonería .
Tiquet de un cine colectivizado por los sindicatos de la CNT y la AIT .
Póster propagandístico del Partido Obrero de Unificación Marxista (P.O.U.M.) de 1936 animando al colectivismo autogestionario de las explotaciones agrícolas: Campesinos, la tierra es vuestra .
Fotografía del pedagogo anarquista Francisco Ferrer Guardia (1859-1909), que inauguró la primera institución educativa libertaria en Barcelona (1901) y sentó las bases de la aplicación del anarquismo a la pedagogía en España.
Grupo de milicianos de la Columna Durruti .
Milicianos internacionales de la Columna Durruti , donde aparece a la derecha el anarcosindicalista libertario de origen belga Luis Mercier-Vega .
Grupo de milicianas armadas. (1936)