Sin embargo, en el territorio español históricamente el anarquismo ha gozado de un gran respaldo e influencia, superando en determinadas épocas a otras corrientes políticas revolucionarias y convirtiéndose en un referente para movimientos anarquistas de otros países.Ya desde la época de la Primera República (1873-1874) las organizaciones influidas por el anarquismo eran las más potentes del país.Asimismo, hoy en día existen varias corrientes anarquistas similares como el insurreccionalismo y la autonomía.Sin embargo, ni siquiera el anarcosindicalismo ha sido una corriente homogénea a lo largo de la historia.También existían otros movimientos obreros anti-autoritarios o libertarios colectivistas que no eran anarcosindicalistas.A finales de los años 70 se volvió a vivir un importante pero corto resurgir libertario, que por no tener bases sólidas, y después del fiasco del Caso Scala, terminó en nada tras la Transición española.Hoy en día el anarquismo ha logrado hacer calar algunos de sus conceptos más importantes en la sociedad moderna.El origen de la separación entre ambos sindicatos vino porque que la CGT participa (a iniciativa del sector que la impulsaba ya desde 1978)[cita requerida], como muchos otros sindicatos, en las elecciones sindicales y en los comités de empresa, recibe por ello subvenciones del Estado y tiene liberados sindicales.La CNT-AIT (en adelante CNT) sigue activa en la actualidad, sin embargo, su influencia es pequeña en el panorama laboral.La CNT está llevando a cabo un cierto despegue en los últimos años, cuenta ya con más de 120 secciones sindicales en todo el país.Otro punto fuerte ocurre durante las grandes manifestaciones del 1 de mayo que se celebran cada año.También hay personas libertarias que trabajan desde otros sindicatos como el SAT en Andalucía, o la IAC en Cataluña.En 2016 hubo una crisis importante en la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) que se saldó con la salida de varias organizaciones anarcosindicalistas (CNT-España, FAU, USI, FORA, IWW ) las cuales fundaron en 2018 la Confederación Internacional del Trabajo - International Confederation of Labour (CIT- ICL).Relacionado con este tema, sigue el interés por las cooperativas, habiéndose creado en los últimos tiempos varios modelos de cooperativismo libertario.Hace años que actúa el colectivo ICEA [7], dedicado a estudiar la economía desde una perspectiva libertaria.En otra vertiente del cooperativismo actual, estarían las cooperativas integrales, en pleno proceso de creación.Son integrales en tanto que pretenden garantizar todas las necesidades básicas de una persona (vivienda, salud, educación, alimentación, ropa, trabajo, etc.) en una misma organización económica.Por ejemplo, Ricardo Mella, Fernando Tarrida del Mármol, Soledad Gustavo, Federico Urales, Federica Montseny, Felipe Aláiz, Ramón J. Sender, etc. se dedican a escribir novelas de carácter social que describen las desigualdades sociales que padecen los obreros.La primera tuvo un espíritu libertario mucho más claro, dado que la segunda coqueteó con el comunismo durante los años 20 y 30.También circulaban frecuentemente por los centros obreros periódicos de diversos países (Francia, Portugal, Brasil, Argentina, Italia, etc.)[9] Fuera de Cataluña se editaron: El Porvenir del Obrero (Mahón), El Corsario (La Coruña), Aurora Social (Zaragoza), Humanidad Nueva (Valencia), La Voz del Campesino (Jerez de la Frontera), El Libertario (Madrid), Anarquía (Sevilla), Luz y Vida (Gijón), Acción Libertaria (Madrid), Cultura Proletaria (Ferrol), Cultura y Acción (Zaragoza), La Guerra Social (Valencia), Solidaridad Obrera (Gijón), Páginas Libres (Sevilla), Vía Libre (Huelva), Estudios (Valencia), Generación Consciente (Alcoy), etc. De entre todas estas cabeceras sobresaldrían El Productor , La Huelga General (Barcelona), La Revista Blanca (Madrid), Tierra y Libertad (Madrid) y Solidaridad Obrera (Barcelona).Dejando aparte la novela social europea, con amplia difusión en España, las editoriales anarquistas también sacaban folletines novelescos que se vendían por decenas de miles.La prensa obrera hasta entonces había sufrido numerosas prohibiciones e incautaciones, que la hicieron inconstante y temporal.Entre ellos estarían Jacinto Torhyo, Eduardo de Guzmán, Ramón J. Sender, entre otros, que además escribirían numerosas crónicas sobre el periodo republicano.Paradójicamente, un vocero muy importante del anarquismo al comienzo de la República fue el diario madrileño La Tierra.El diario era de tendencia republicana federal, aunque como se ha dicho trabaja gente diversa como Hildegart,[11] Ramón Franco, Salvador Sediles, Eduardo Barriobero, Rodrigo Soriano, José Antonio Balbontín o Eduardo de Guzmán.Se llamará CNT y su primer director será el asturiano Avelino González Mallada.En Madrid el CNT haría unos 6500 ejemplares y en varias regiones las cabeceras del periodo republicano intentarían eludir la censura.En las épocas de mayor represión (por ejemplo en los años 50) la prensa clandestina llegaba desde Francia, donde se editaba con cierta libertad hasta 1961, cuando la República francesa hizo un pacto con la España franquista para terminar con los problemas que le causaban los exiliados.En esta época de auge casi cada grupo anarquista, cada ateneo o cada sindicato sacaron una publicación.Hoy en día en tanto a la prensa más convencional se podrían destacar, por un lado, el semanario La Directa (Barcelona) en donde escriben anarquistas y se da cobertura a lo que hacen los movimientos sociales, desde una perspectiva si bien no declaradamente anarquista, sí próxima.
Barrer
España
, póster propagandístico del
franquista
que incita a la represión contra
comunistas
, anarquistas,
masones
, intelectuales y separatistas para "limpiar" el país.