Caso Scala

[2]​ Los abogados defensores (Loperena, Palmés, Krauel y Seguí) solicitaron que el ministro de gobernación, Rodolfo Martín Villa compareciese a declarar, pero no lo hizo.

La posición de la defensa apuntaba hacia un montaje policial orquestado mediante confidentes infiltrados en el sindicato CNT con el objetivo de desacreditar al sindicato ante los trabajadores y evitar así su progresión en Cataluña.

La segunda vista del caso Scala Barcelona, en diciembre de 1983, solo tuvo un acusado: Joaquín Gambín.

La CNT ha presentado siempre este asunto como una maniobra oscura del gobierno dirigida a frenar el ascenso del sindicato anarquista, que se resintió[1]​ indudablemente de la repercusión social que tuvo el caso Scala.

Según estas versiones, el caso habría reducido la proyección social del sindicato anarquista y condenado a la organización al ostracismo, a causa de la relación de la misma con el terrorismo.

Además, la CNT tuvo ese año una presencia especialmente notable, con huelgas importantes, por ejemplo, en el sector de las gasolineras.

Además, el periódico Solidaridad Obrera del sindicato estuvo presente en todos los quioscos de Barcelona.

Trabajos de extinción en la sala de fiestas Scala.