En 1962, cuando sólo tenía 19 años, fundó en Barcelona, junto a sus compañeros Carlota Soldevila y Anton Font, Els Joglars, la compañía en la que desarrolla toda su carrera como actor, director y dramaturgo.
De vuelta en España, continuó creando polémica con obras como Teledeum, Ubú president, ácida crítica a Jordi Pujol, o Dalí.
Gran aficionado a la tauromaquia, y público defensor del llamado arte de Cúchares, Boadella ha colocado con frecuencia la emoción del ritual taurino por encima del resto de las artes: «No existe en el mundo occidental ninguna ceremonia capaz de conmover y elevar con semejante fuerza al ser humano.
[12] En el año 2016 Universidad Internacional Menéndez Pelayo le concedió el Premio La Barraca a las Artes Escénicas en su novena edición.
Albert Boadella estuvo cercano en su primera juventud a posiciones catalanistas y, en general, a la izquierda antifranquista catalana, de la que fue un icono cultural (actuaba habitualmente junto a los integrantes de la nova cançó[cita requerida]), cuyo momento álgido fue el consejo de guerra que sufrió en 1977.
Ha utilizado sus obras para hacer ácidas parodias a relevantes personajes de la cultura como Salvador Dalí, pero también para mostrar rendida admiración por otros como Josep Pla (en su Increíble historia del Dr. Floit & Mr.
Pero en los últimos tiempos ha vuelto a apoyar en actos públicos al proyecto de Ciudadanos.
Albert Boadella ha sido criticado en varias ocasiones por mantener unas posturas e ideologías abiertamente machistas y misóginas, a través de comentarios propios como "El acoso sexual se denuncia en el momento o se deja estar"[15] o "Las manos de un macho no están para estar quietas"[16] en referencia a los presuntos abusos sexuales y violaciones por Plácido Domingo.