El comunicado de la agencia italiana precisaba que el prelado español había sido raptado por un comando anarquista que exigía la liberación de todos los presos políticos encarcelados en España.
El fin del secuestro era denunciar la presencia militar estadounidense en España, protestar contra las bombas de Palomares y pedir la libertad de los presos políticos.
[4] Este plan fue traicionado desde su origen por un sexto miembro del grupo: el delator policial Inocencio Martínez, a quien se le permitió escapar y regresar a Francia, donde continuó su actividad delatora durante algunos años.
[4] Como respuesta a las condenas, el Grupo promovió un amplio movimiento internacional de solidaridad.
[6] En febrero de 1968 fue detenido en Bélgica, Octavio Alberola Suriñach, declarado identificado por la Brigada Político Social como el enemigo público número uno del régimen franquista, con su compañera, acusados de preparar el secuestro de un diplomático español ante la Comunidad Económica Europea.