También se utilizaban materiales como el marfil, las conchas, las piedras preciosas y los vidrios.Los materiales elegidos a menudo tenían un significado simbólico en la cultura que los creó.La joyería, que conoció un amplísimo repertorio formal (pendientes, collares, anillos, brazaletes, amuletos, etc.) cada vez fue más imitada, no faltando en Occidente verdaderas obras maestras.Sus obras más celebradas, entre las que aún se conservan son las joyas (collares, pendientes, copas) del tesoro hallado en Praeneste (Italia) y las del tesoro de Curium (Chipre) que deben datar del siglo X a. C. Entre las primeras sobresale una gran copa de plata dorada con relieves de figuras egipcias en zonas o círculos concéntricos, semejante a otra de Dali (Chipre).Se utilizaban también para aumentar su valor, ya que las piezas de mayor calidad eran siempre reconocidas por su marca identificatoria.En cuanto a las alhajas de arte fenicio descubiertas en la península ibérica, hay que adjudicarlas en casi su totalidad a los cartagineses y en ellas se descubren influencias egipcias, asirias y griegas.Al mismo arte pertenecen, sin duda, las joyas del Tesoro de Jávea.La civilización micénica se distinguió entre las prehelénicas por sus labores industriales, sobre todo, en orfebrería, a juzgar por los descubrimientos realizados en la antigua Troya y ciudades de su época.Varias de dichas piezas acusan en sus figuras una visible influencia caldea o asiria, quizás importada por los fenicios.Crimea: joyas diferentes halladas en Kerch (antigua Panticapea) y que debieron pertenecer a los príncipes del Bósforo cimeriano (siglos V y IV a. C.) pero labradas por artistas griegos.La orfebrería alcanzó en Grecia un estado al nivel de las Bellas Artes primarias.Se agregan a dichas obras de orfebrería griega los numerosos bronces de igual estilo (desde el siglo VIII a. C.) coleccionadas por los museos principales ya sean estatuas, amuletos, placas de adorno con figuras repujadas, ya espejos bruñidos y con grabados en el reverso, ya fíbulas, etc.Aun romanizado este arte, conservó en los dos o tres primeros siglos del imperio la tradición griega que le dio la vida y de aquí el habernos legado la civilización romana numerosos objetos de bronce y aun muchos de plata y de oro tales como jarrones, discos o ápteras, copas, anillos, fíbulas, brazaletes y variados dijes.Con todo, se advierte en ellos, la mano romana desde el imperio de Augusto y especialmente se distinguen los objetos romanos de plata y oro por tener grabadas con punzón algunas señales indicadoras del peso o cantidad del metal precioso que llevan.Representa el dibujo del vidrio los bustos de la emperatriz Gala Placidia y sus dos hijos y se atribuye a los primeros años del siglo V.Los visigodos fueron una fracción pequeña de los pueblos godos primitivos invasores del Imperio Romano.En parte debido a su inspiración bizantina, las joyas visigodas son muy conocidas por su extravagancia y complejidad técnica.Esta cruz es conocida por su intrincado diseño e importante historia, mediante la que se refleja el arte del periodo carolingio.El diseño de la cruz refleja los estilos artísticos prevalecientes del momento.Las más renombradas piezas entre las que se labraron anteriormente a la época del arte románico (siglos VI al X) y que suelen ser de oro (por lo menos la chapa exterior) con filigranas y con engastes de piedras finas (especialmente, granates planos y otras gemas en forma de cabujones), pueden clasificarse del modo siguiente: La musulmana se distingue por su ornamentación especial de hojarasca y lacerías, finísimas filigranas y labores de hermoso damasquinado por las inscripciones en caracteres árabes que suelen ostentar tales objetos.Lleva la fecha correspondiente al año 1305 y mide 2,15 metros de altura.La colección más notable que de ella existe se halla en Madrid.Su material ordinario es la madera chapeada de bronce o plata, dorados y adornados como se ha dicho.Desde mediados del siglo XV se recargan excesivamente de minuciosos detalles decorativos todos los objetos.