La costumbre de que la cruz procesional colgase del altar continuó en algunos sitios hasta el siglo XI.[2] Actualmente, las cruces procesionales suelen estar colocada sobre un asta en el presbiterio de las iglesias.[2] La cruz patriarcal era llevada en un asta en alto delante algunos prelados, hasta que esta costumbre se extendió a todos los arzobispos a finales del siglo XIII.[3] Los templos que tienen rango de basílica cuentan con una umbela basilical.En la parte superior hay una esfera de metal dorado con una cruz.