Fue la teoría predominante durante toda la Edad Moderna (desde el siglo xvi hasta el xviii), época que aproximadamente indica el surgimiento de la idea del Estado y la formación económico-social conocida como Antiguo Régimen en Europa Occidental.Fue utilizada inicialmente solo por los críticos a esta teoría, tales como Mirabeau y Smith, pero pronto fue adoptada por los historiadores.Sin embargo, algunos teóricos rechazan completamente la idea misma de una teoría mercantilista, argumentando que da «una falsa unidad a hechos dispares».Para los escritores bullionistas, como Jean Bodin o Thomas Gresham, la riqueza y el poder del Estado se miden por la cantidad de oro que poseen.La prosperidad de un Estado se mide, según los bullionistas, por la riqueza acumulada por el gobierno, sin mencionar la renta nacional.En el siglo XVIII se desarrolló una versión más elaborada de las ideas mercantilistas, y que rechazaba la visión simplista del bullionismo.Al necesitar las industrias importantes capitales, en el siglo XVIII se vio una reducción de las limitaciones contra la usura.Unos mayores ingresos, tiempo libre suplementario o una mejor educación de esas poblaciones contribuirían a favorecer la holgazanería y perjudicarían la economía.John Maynard Keynes, Gustav Schmoller, William Cunningham y el ya mencionado Adam Smith, entre muchos otros, han aportado su perspectiva del mercantilismo.Señalaremos particularmente a Eli Heckscher que, influido por los tres últimos autores mencionados, aúna las interpretaciones de estos para luego añadir la suya.Desde esta óptica se tiene en cuenta el aumento del empleo como término positivo en las ganancias de la balanza comercial.Los cambios tecnológicos en la navegación y el crecimiento de los núcleos urbanos también contribuyeron decisivamente al rápido incremento del comercio internacional.Antes del mercantilismo, los estudios económicos más importantes que se habían realizado en Europa fueron las teorías de la Escolástica medieval.En esta época se fueron adoptando también las teorías de la Realpolitik impulsadas por Nicolás Maquiavelo y la primacía del interés nacional en las relaciones internacionales.[23] Por otra parte, los estudiosos no se ponen de acuerdo en el motivo por el cual el mercantilismo fue la ideología o teoría económica dominante durante dos siglos y medio.Si bien las ideas económicas más tardías fueron desarrolladas a menudo por académicos y filósofos, casi todos los escritores mercantilistas eran comerciantes o personas con cargos en el gobierno.Las políticas mercantilistas también se aplicaron durante los periodos Tudor y Estuardo, especialmente con Robert Walpole como principal partidario.Se puso en marcha un amplio abanico de medidas destinadas a favorecer la exportación y penalizar la importación.[30] La misma construcción de la monarquía autoritaria tiene mucho que ver con su habilidad para arbitrar estos conflictos socioeconómicos y su dimensión política.Viene a morir en España y es en Génova enterrado... ¡Poderoso caballero es Don Dinero!Durante la crisis económica que afectó a España durante el siglo XVII (de hecho fue la principal afectada por la general crisis del siglo XVII) se pusieron en marcha muchas políticas económicas sin demasiada coherencia, incluyendo alteraciones monetarias y fiscales que más que remediar, contribuyeron a su profundización.En el siglo XVIII, la herencia del arbitrismo se trasladó al llamado proyectismo ilustrado con mayor elevación intelectual.Con esta base doctrinal Alemania iba a gestar una escuela llamada de los "cameralistas" que tendría influencia hasta el siglo XIX.En Inglaterra surgirán algunas a partir de guildas medievales preexistentes, como las distintas Company of Merchant Adventurers (siglos XV y XVI).Mediante la imposición de las restricciones a la importación, ambas naciones terminan siendo más pobres que si no existiesen trabas al comercio.David Hume, por su parte, apuntó la imposibilidad del gran objetivo mercantilista de lograr una balanza comercial positiva constante.[36] En el mundo anglosajón se puede decir que las críticas de Adam Smith al mercantilismo fueron aceptadas en el Imperio Británico, pero fueron rechazadas en los Estados Unidos por figuras tan importantes como Alexander Hamilton, Friedrich List, Henry Clay, Henry Charles Carey y Abraham Lincoln.[37] Por otra parte, las similitudes entre el keynesianismo y las ideas de sus sucesores con el mercantilismo a veces han hecho que sus detractores las categorizasen como neomercantilismo.Smith rechazaba este sistema porque entendía que el razonamiento deductivo desde unos principios básicos era el método correcto para descubrir las verdades económicas.Si el pensamiento económico del siglo XIX está dominado por las escuelas clásica y neoclásica, más bien favorables al librecambismo, la práctica política estuvo influenciada durante mucho tiempo por ideas mercantilistas.Consisten casi siempre en medidas proteccionistas o en políticas comerciales agresivas en las que el Estado se implica para fomentar la competitividad de las empresas nacionales.
Jakob Fugger
el Rico, pintado por
Alberto Durero
(1519) justo cuando estaba realizando el «negocio del siglo»: el préstamo a
Carlos I de España
que le permitió convertirse en Emperador, al financiar los cuantiosos sobornos a los príncipes electores. Los impuestos con los que se pensaba devolver el crédito fueron una de las causas de la
Guerra de las Comunidades
en Castilla. Poco antes, la
venta de indulgencias
para financiar la construcción de
San Pedro de Roma
, encendieron, también en Alemania, la
Reforma luterana
. Resulta comprensible que en la época se entendiese a la economía como algo explicable desde un punto de vista secular, no únicamente religioso, un juego de
suma cero
en que solo se gana lo que otro pierde y estrechamente vinculado al poder político.
El
Cerro Rico
de
Potosí
, la fuente de plata más rica de la historia de la humanidad. Entre los siglos XVI y XVIII el 80% del suministro mundial de plata salió de esta mina.
Manifestación para el mantenimiento del
proteccionismo
a la agricultura en Japón. Las protestas
antiglobalización
incluyen habitualmente la defensa de posiciones similares al mercantilismo.