Una compañía privilegiada (del italiano compagnia) era una compañía comercial cuyas actividades gozaban de la protección del Estado mediante un privilegio.
Sus antecedentes pueden rastrearse hasta la Italia del siglo XIV, cuando sus mercaderes operaban en el Levante mediterráneo, conociéndose compañías comerciales de Pisa, Génova, Venecia y Florencia.
Pero se encuentra un avance significativo hacia sistemas comerciales privilegiados que se benefician de las dimensiones de una economía nacional sustentada en un Imperio colonial, hasta la apertura de la economía-mundo en el siglo XVI, con el establecimiento en la fachada atlántica de Europa Occidental de las monarquías autoritarias del Antiguo Régimen (Portugal, España y Francia), y especialmente en sus rivales económicos, sociales e ideológicos: las Provincias Unidas de los Países Bajos (actuales Países Bajos) e Inglaterra.
La política comercial que se funda en ello, basada en el proteccionismo, se denominará mercantilismo, y para justificarlo surgirán las primeras elaboraciones teóricas de la economía como ciencia moderna (metalismo, bullonismo, colbertismo).
Las primeras compañías comerciales que cumplen con el término de compañías privilegiadas, operando en mercados coloniales y gestionadas con procedimientos cuasicapitalistas, a la vez que son protegidas en su actividad por un Estado moderno que defiende sus intereses, con los que en la práctica se identificaban, son las neerlandesas: la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales.