Filosofía de la mente

Tanto para la fenomenología como para la filosofía analítica, un candidato importante para ser una condición necesaria, aunque no suficiente, de todo fenómeno mental es la intencionalidad.

En resumen, es el siguiente: Puedo imaginarme clara y distintamente que la mente exista sin la materia.

Puesto que mente y materia han de ser entidades diferentes, en consecuencia el dualismo es cierto.

¿Por qué, por ejemplo, habría de ser algo posible solo porque puede imaginarse clara y distintamente?

La primera formulación precisa se la debemos a René Descartes,[14]​ y aún hoy en día sigue teniendo partidarios.

Karl Popper y John Eccles han sido los dualistas interaccionistas más célebres del siglo XX.

De la misma manera funciona en sentido inverso: cuando siento dolor la mente inmaterial actúa sobre el cerebro.

Un dualismo de este tipo tiene que enfrentarse a serios problemas, especialmente por los científicos empíricos contemporáneos.

El monismo, en contraposición al dualismo, afirma que solo hay una substancia; ya sea mental o la material.

[24]​ El filósofo australiano David Malet Armstrong en su libro A Materialist Theory of the Mind (1968) intentó desarrollar sistemáticamente una visión materialista reduccionista de la mente.

El fisicalismo surgió del materialismo con los avances de las ciencias físicas al explicar los fenómenos observados.

El conductismo ha sido la corriente dominante en la filosofía de la mente durante la primera mitad del siglo XX.

Pese a una cierta plausibilidad inicial, la teoría de la identidad tiene que enfrentarse con al menos un serio problema, la realización múltiple, tal como la formuló Hilary Putnam.

[27]​ Parece claro que no solo los seres humanos, sino también por ejemplo los anfibios, o los alienígenas si los hubiera, pueden padecer dolores.

Así pues, un lenguaje neurocientífico sobre los procesos mentales no puede prescindir del contenido semántico del lenguaje corriente, que expresa tanto los procesos mentales como el deseo de tomar un café, y no puede por tanto sustituirlo, como se pretende.

Lo fundamental del ejemplo está en que la descripción es válida con independencia de cómo esté hecha la máquina.

Para muchos filósofos, hay dos convicciones que van juntas: Esto nos lleva a la pregunta de si puede haber un materialismo no reductivo.

Para estos autores, su «fisicalismo» estriba en sostener que no es necesario postular para el alma o la mente una segunda entidad metafísica.

Si ahora, con los avances científicos, la psicología popular se revela falsa, también habremos de acabar con las entidades por ella postuladas.

Estas críticas apelan a la realidad de los «qualia» y la consciencia dado que son directamente percibidos.

Martín López Corredoira, desde una posición materialista, sale al paso de esos argumentos: tales percepciones son una pura ilusión, una fantasía, sueños sobre algo irreal.

[31]​[32]​ Los defensores de esta posición explican que es un error preguntarse cómo se ajustan los estados mentales y los biológicos.

Más bien debería aceptarse que los seres humanos pueden describirse de formas diversas: por ejemplo, en términos mentales o biológicos.

Entre los autores que sostienen esta posición se encuentran Ted Honderich, Edwin Holt, Francois Tonneau, Kevin O'Regan, Riccardo Manzotti, Teed Rockwell and Max Velmans.

Colin McGinn sostiene que los seres humanos están cognitivamente cerrados con respecto a sus propias mentes.

En el cerebro se producen únicamente procesos electroquímicos y estos parecen no tener nada que ver con Heródoto.

La IA débil tiene por único objetivo simular estados mentales, sin pretender por ello que las computadoras tengan realmente conciencia, etc.

Algunos científicos del campo de la informática creen en la actualidad que su especialidad puede aportar una nueva contribución al problema mente-cuerpo.

La psicología investiga ahí las leyes que ligan los estados mentales entre sí o con el input y output de las personas.

Algunos llevan la argumentación un poco más lejos: las personas no pueden determinar por sí mismas lo que quieren y hacen.

Representación frenológica de las áreas cerebrales en correspondencia con las funciones mentales. La frenología fue uno de los primeros intentos de relacionar funciones mentales con partes específicas del cerebro.
René Descartes en un retrato de Frans Hals (1648).
Ilustración de la obra de Descartes Tratado del Hombre explicando la función de la glándula pineal.
Gottfried Wilhelm Leibniz en un retrato de Bernhard Christoph Francke (alrededor de 1700).
La teoría de la identidad experimentó un impulso debido a los avances de la neurociencia . Los actuales procedimientos de monitorización proporcionan nuevos conocimientos acerca del funcionamiento del cerebro.
El experimento mental del cuarto de Mary provee uno de los argumentos más famosos en favor de los qualia .
John Searle, uno de los filósofos de la mente más influyentes (2015).
Immanuel Kant rechazó el determinismo de la voluntad y defendió el libre albedrío.