Esta identidad se establece a priori mediante un análisis del contenido de los conceptos mentales, o sobre la base de descubrimientos científicos que han establecido una correspondencia término a término entre estados o acontecimientos mentales y estados o procesos cerebrales.
Por ejemplo, los tipos «agua» y «H₂O» son idénticas porque denotan el mismo tipo de sustancias, pero estas expresiones difieren en significado y describen diferentes aspectos de la realidad: el agua se describe comúnmente como una sustancia líquida inodora y transparente que fluye, moja, etc., mientras que al H₂O se le atribuyen características atómicas que no son directamente observables.
Por lo tanto, se preserva la división conceptual de la psicología del sentido común, tanto para fines prácticos (especialmente clínicos y terapéuticos) como gnoseológicos (para «explicar» estados mentales).
Esta versión de la identidad se asocia generalmente con una concepción empirista del conocimiento.
Para Jack Smart, por el contrario, la psicología no es una teoría de alto nivel que pueda reducirse de esta manera, porque las propiedades mentales descritas en términos mentales no son lógicamente equivalentes a las propiedades descritas en términos físicos.
Si un ser humano y un pulpo pueden compartir el mismo estado psicológico, por ejemplo tener hambre, podemos pensar, sin embargo, que el modo físico de realización de este estado psicológico difiere entre estas dos especies.
Esta posibilidad se llama «realización múltiple de estados mentales».