[1] En el siglo I a. C. Octavio Augusto se enfrentó al bandolero cántabro Corocotta, y Tito Livio cuenta también cómo había numerosos salteadores de caminos que asediaban las caravanas mercantiles en la Bética (XXVIII, 22).En la península itálica, un epigrama, el más antiguo de los dísticos atribuidos a Virgilio, informa sobre un salteador de caminos, Balista, que fue apedreado hasta la muerte[2] y, según narra Dion Casio, un tal Bulla Felix se adueñó del trayecto entre Roma y Brindisi en tiempos del emperador Septimio Severo, hacia el año 200 d. C., y llegó a reclutar una cuadrilla de hasta seiscientos bandoleros, manteniendo en jaque durante dos años a las tropas que los perseguían.Si se hace caso omiso de la fértil historia del bandidaje en la Edad Media, en la que se puede citar entre los rombritters alemanes a Wolf de Warrstein y a los golfines de La Mancha, que llegaron a suscitar con el tiempo en este territorio incluso una específica policía denominada Santa Hermandad vieja, existieron famosos bandoleros en las montañas de Escocia y los caminos de Inglaterra, los llamados highwaymen, como Dick Turpin o John Nevison, entre otros outlaw o forajidos (del latín fora exitus, "expulsados fuera"); en Francia también los hubo, como los brigants u hors-la-loi.En tierras musulmanas también cundió esta plaga, con personajes como Ibn Hamdun, Alí al Tanuji o Imran b. Sahin, entre otros muchos.El fenómeno se reprodujo en el Nuevo Mundo: en los Estados Unidos son célebres p. ej.Salteador viene de saltus, "bosque" en latín, porque era el lugar preferido para sus fechorías, aunque era lo más común que sus acciones se desarrollasen en las montañas, donde entraban en connivencia con algunos venteros que ojeaban a las víctimas de más caudal y menos escolta y avisaban para que estuvieran esperando a la comitiva o diligencia en algún paso estrecho entre peñas.Era habitual despeñar a sus víctimas en barrancos hondísimos para que no quedara huella alguna de los crímenes.Los cuatreros o ladrones de ganado, denominados vaqueros, actuaban sobre todo en torno a Ronda.El bandolerismo aparece sobre todo en España durante los siglos XVIII y XIX, especialmente en regiones como Andalucía, Castilla la Nueva o Cataluña.Muchas partidas durante las guerras carlistas dieron lugar a un fenómeno parecido.Algunos autores dan tres motivos por los que se dio el bandolerismo en Andalucía: El abandono por parte de las autoridades a la hora de reprimir esas actitudes marginales y la enorme distancia entre clases sociales.La comunicación entre Madrid, capital del reino, y Andalucía a través de Despeñaperros, lugar donde había que abandonar los carruajes para pasar a lomos de mulas por un tortuoso camino, favorecía el bandolerismo.Surge como consecuencia de la incipiente modernización del medio rural que no permitía ya vagar libremente por la campaña, sino que los campos habían sido adjudicados a un dueño y alambrados y el otrora abundante ganado cimarrón pasaría a engordar las estancias de acaudalados terratenientes dejando afuera al gaucho que se vería forzardo a devenir en cuatrero, contrabandista, criminal, fugitivo y bandolero.En este sentido, el bandolero es un héroe popular, ejemplificado en la historia de Diego Corrientes.Los rasgos más destacados de los bandoleros son la gran habilidad mental y física.