Eric Hobsbawm

Se retiró en 1982, pero continuó como profesor visitante, durante algunos meses al año, en The New School for Social Research en Manhattan hasta 1997.Otro tema recurrente en su obra fue el de los bandidos sociales, un fenómeno que Hobsbawm intentó situar en el terreno del contexto social e histórico relevante, al enfrentarse con la visión tradicional de considerarlo como una espontánea e impredecible forma de rebelión.Reconoce que el nacionalismo se basa en la construcción de una identidad cultural compartida.También afirma que en muchos casos el nacionalismo surge como un movimiento de liberación y resistencia contra la opresión colonial o imperial.Él sostiene que el nacionalismo a menudo se utiliza como una estrategia política para movilizar a las masas y obtener respaldo para agendas específicas, como la protección de la industria nacional y la promoción de políticas económicas favorables a la nación.Al margen de su obra histórica, Hobsbawm escribió (bajo el seudónimo de Frankie Newton —tomado del nombre del trompetista comunista de Billie Holiday—) para el New Statesman como crítico de jazz y en diversas revistas intelectuales sobre temas diversos, como el barbarismo en la Edad Moderna, los problemas del movimiento obrero y el conflicto entre anarquismo y comunismo.Algunos consideran a esta obra la más accesible, renovadora y apasionante historia universal contemporánea.[10]​ En 2009 había solicitado al Gobierno británico el acceso a su ficha personal abierta por los servicios secretos del país, pero le fue denegado.Cinco años después, tras desclasificarse los archivos, se supo que el MI5 espió durante décadas a Hobsbawm —al igual que a muchos otros historiadores e intelectuales catalogados de «comunistas»—, llegando a intervenirle el correo privado y las llamadas telefónicas.El MI5 le asignó el número 211 764 en sus ficheros y comenzó a investigarlo en 1942, a pesar de que se descartó su «participación en actividades subversivas o de propaganda».
Eric Hobsbawn en 2004