Historia del siglo XX (libro)

The age of extremes: The short twentieth century, 1914-1991 (literalmente La edad de los extremos: El corto siglo XX, 1914-1991), publicado en España y en Hispanoamérica como Historia del siglo XX, es un libro escrito en 1994 por el historiador marxista británico Eric Hobsbawm.

En los Estados Unidos, este cuarto y último libro de la saga fue publicado con el subtítulo A history of the world, 1914-1991 (“Una historia del mundo, 1914-1991”, ISBN 978-0-679-73005-7).

[2]​ Hablando él mismo acerca del futuro, se limita en gran medida a predecir una continua agitación: «El mundo del tercer milenio, por lo tanto, será casi con seguridad uno de política violenta y de cambios políticos violentos.

[14]​[15]​ Sorprendentemente, para un escritor claramente de izquierdas, Hobsbawm tiene sentimientos muy mezclados y encontrados acerca del fin del orden imperial del siglo XIX, en gran medida porque no está contento con las naciones-estados que reemplazaron a los imperios: «La Primera Guerra Mundial... había hecho el habitual y razonable proceso de la negociación internacional sospechoso de ser “diplomacia secreta”.

Los bolcheviques, después de haber descubierto estos sensibles documentos en los archivos zaristas, los publicaron prontamente para que el mundo los leyese».

Un militante del grupo involucrado en esta misión finalmente se convertiría en primer ministro de Israel, Isaac Shamir.

[21]​ En definitiva, en términos mundiales, Hobsbawn ve al capitalismo como un fracaso, al igual que el socialismo de Estado: «La creencia, siguiendo a la economía neoclásica, de que el comercio internacional irrestricto permitiría a los países más pobres acercarse a los ricos, corre contra la experiencia histórica así como también contra el sentido común.

[24]​ En cambio, afirma, la popular atracción del fascismo yace en sus alegatos acerca de sus logros tecnocráticos: «¿No era el argumento proverbial a favor de la Italia fascista que “Mussolini había hecho que los trenes llegasen a tiempo”?».

El porcentaje de analfabetismo en 1989 era aproximadamente dos veces mayor en Brasil que en la isla asiática».

[32]​ Dado todo esto, no debería sorprender que Hobsbawm sea igualmente escéptico acerca de las afirmaciones del «progreso» en las artes.

Eric Hobsbawm también brinda comentarios acerca de la cultura popular, un tema que había pasado por alto en otros libros.

No obstante, Hobsbawm también usa la evolución de la cultura juvenil como si fuese una lente para ver los cambios sociales que tuvieron lugar en el siglo XX tardío.

Sobre esta, escribió: «La novedad de la nueva cultura juvenil era triple: Aunque claramente, en la visión de Hobsbawm, no tiene muchos aspectos positivos, escribiendo que: “La revolución cultural del último siglo XX puede así ser entendida como el triunfo del individuo sobre la sociedad, o más bien, la ruptura de las hebras que en el pasado habían tejido los seres humanos en tejidos sociales”.