En cambio, algunos estudiosos actuales señalan su probable origen mítico primitivo, como ya apuntó Caro Baroja.
En ciertas versiones se la localiza en las Sierras Garganta la Olla cerca de la linde con Piornal, pero nunca en dicha localidad.
Normalmente en los romances no aparece caracterizada de forma monstruosa, sino como una hembra de gran belleza, aunque en algunas versiones andaluzas se afirma que posee cuerpo mitad yegua y mitad mujer, concordando con las versiones en que la serrana al final del romance desvela haber nacido de una unión entre ser humano y yegua: Suele llevar el pelo suelto y largo hasta los pies, aunque en otras versiones lleva la cabellera trenzada bajo la montera.
Son escasas las descripciones en que se la hace parecer fea o desproporcionada, pero éstas existen sin duda, como la mencionada versión cántabra de Cossío: Viste falda corta y va provista con todos los pertrechos de una cazadora que recorre a pie los montes, ya arcos y flechas o bien una honda, o incluso una escopeta (en añadidos que se suponen posteriores).
En las versiones altoextremeñas se menciona cómo se complace en satisfacer sus necesidades naturales: No parece, sin embargo, ninfómana, aunque tratar de calmar su instinto sexual le traerá problemas, incluyendo su apresamiento.
Este entra en los dominios de la serrana, que le corta el paso.
Aquí en algunas ocasiones la serrana detalla su condición genética, fruto de una unión entre un pastor y una yegua.
Sin embargo, en otras versiones esos versos se tornan en maldición amenazante dirigida al joven: y mi madre pacía yerba.
En muchos romances este es el final de la historia, sin especificar si la maldición verdaderamente convierte al tránsfuga y a su familia en caballos.
Por habitar en cavernas podría asimilarse a divinidades como Mari en la tradición vasca.
Sin embargo, sus criminales actuaciones le otorgan cierto perfil monstruoso, pese a su aspecto físico atractivo.
Hay además autores que opinan que esta leyenda se corresponde con un mito pastoril: el hecho de poseer dos cuevas según contaba D. Pedro Vicente de Thegeda, una en Tormantos y otra en los riberos del Tajo, que se ocupan en diferentes épocas del año, hacen pensar en la trashumancia tan practicada hasta tiempos recientes en Extremadura.
Incluso hay tradiciones que colocan a la Serrana directamente como una bandolera más, con su cueva ubicada en las cercanías del Salto del Gitano, lugar donde fue apresada, descubriéndose los grandes tesoros que guardaba en ella.
Para otorgar credibilidad, atractivo y cierta profundidad psicológica al personaje, los autores tuvieron que reinventar la historia hasta crear una trama argumentativa verosímil, ubicarla en un marco espacial y temporal, darle el conveniente ambiente social, añadir intrigas amorosas, etcétera.
La protagonista en este caso se llama Gila, y es natural de Garganta la Olla.
En ellos se llevan a cabo numerosos actos que exaltan la figura de La Serrana y su origen garganteño.
Toda esta fiesta ha tenido una gran repercusión mediática tanto a nivel local como comarcal, siendo el propósito del grupo de trabajo, el continuar estos actos hasta conseguir que sean declarados fiesta de interés cultural.