Cayo Asinio Polión

Sus escritos, que no han llegado a nuestros días, sirvieron de material para Apiano y Plutarco.Entró en la vida política en el 56 a. C. como partidario del cónsul Publio Cornelio Léntulo Espínter.Catón fue defendido por Licinio Calvo y Marco Emilio Escauro, pero como los actos ilegales que se le imputaban habían sido llevados a cabo para favorecer la elección de Cneo Pompeyo Magno y Marco Licinio Craso al consulado, finalmente fue absuelto.Curión y Polión derrotaron a Catón y marcharon a la Provincia de África donde se enfrentaron al gobernador de la provincia, Publio Atio Varo, al que derrotaron en Útica.Tras esta victoria Polión y Curión marcharon contra el rey de Numidia, Juba I, que se había aliado con los pompeyanos.Curión y Polión fueron derrotados por Juba en una batalla acaecida en las cercanías del río Bagradas.[5]​ También acompañó a César al año siguiente, en 45 a. C. en su campaña en Hispania contra los hijos de Pompeyo.[7]​ Probablemente habría sido incapaz de mantener su posición en su provincia, si la paz no se hubiera celebrado entre Roma y Sexto Pompeyo.En sus cartas a Cicerón,[8]​ Polión se muestra gran devoto de la causa del Senado, aunque suministra diversas razones por las que es imposible para él cumplir con su solicitud.Cuando las provincias se dividieron entre los triunviros y Galia le tocó a Antonio, confió a Polión el gobierno de la Galia Transpadana (región comprendida entre el Po y los Alpes).Polión le dio a su hijo Cayo Asinio Galo el agnomen Salonino después de que la ciudad fue tomada.Era conocido como un severo crítico literario, al que sólo complacía la literatura antigua.[12]​ Para estimar estos juicios ha de tenerse en cuenta que, por ejemplo, sus comentarios sobre Tito Livio se hacían cuando este todavía estaba vivo.[14]​ A pesar de todo, Polión era un republicano incondicional y mantenía por ello una relación distante con el emperador Augusto.