[8] Según esta corriente los griegos tuvieron que colonizar otras regiones del Mediterráneo porque su población no podía mantenerse y llegaba a los varios millones.
Debido a su baja tasa de natalidad la población helénica se vio más afectada que otras cuando el Imperio romano entró en decadencia y acaecieron las invasiones germanas.
[24] Según Julio César, 750 000 guerreros galos se rebelaron bajo las órdenes de Vercingétorix en toda la Galia, aunque estimaciones modernas los rebajan a 300 000.
[45] Se calcula que en el siglo IV a. C. había unos 170 000 senones (aunque esta cifra posiblemente sea exagerada).
[47] Durante el alto imperio, la relativa paz, bonanza económica y estabilidad lograron que la población se recuperada rápidamente (la tasa de natalidad gala, judía, germana y egipcia eran mayores a las romana o griega).
[54] La península ibérica fue escenario de las primeras epidemias documentadas en el Mediterráneo occidental, a finales del siglo II (la peste antonina).
Con ellas la sociedad se vuelve rural, cae la fecundidad y la nupcialidad, debido al clima de violencia e inseguridad.
[65] Con la conquista musulmana de la península ibérica unos 60 000[66] árabes y 100 000 bereberes se instalaron en al-Ándalus.
[84] Los jutos del rey Ethelberto de Kent aceptaron en masa el bautismo, unos 10 000 se convirtieron junto a su monarca en 601.
César ante esto lanzó dos campañas en Germania contra las tribus en el 55 y el 53 a. C. Destacan dos invasiones en dicha época, en el 58 a. C. se produce la batalla de Los Vosgos en la que se destruye a la Confederación sueva de Ariovisto, este jefe germano había entrado en la provincia hacia el 72 a. C., cuando entró en la provincia con 15 000 guerreros a apoyar a los arvernos y sécuanos en contra de los eduos.
[100] Estos se instalaron en el valle del río Mosa, mientras César negocio con ellos la caballería de las tribus atacó a varias guarniciones romanas causando fuertes bajas, los romanos aprovecharon que los jinetes germánicos fueron a alimentar sus caballos lejos del campamento para atacar por sorpresa mientras continuaban las negociaciones, varias decenas de miles fueron asesinados y esclavizados, los sobrevivientes huyeron a sus tierras.
[103][104] Caso aparte son los sicambrios, tribu que junto a usípetes y téncteros en el 16 a. C. invadió la Galia romana donde derrotaron en batalla al gobernador Marco Lolio.
Para vengar la humillación el general Druso el Mayor les derrotó y expulsó al este del Rin, en total unas 40 000 personas,[105] incluyendo algunos suevos.
En el siglo I los germanos se estimaban en 60 tribus, en la región entre los ríos Rin, Elba y Danubio había 20 a 23 tribus, esta región era la que Augusto ambicionaba con conquistar, sin embargo, tras la batalla del bosque de Teutoburgo sus planes se cancelaron.
[101] Con el tiempo la presión demográfica se hizo cada vez mayor, los emperadores prefirieron en lugar de realizar costosas campañas permitir que tribus aliadas se instalaran dentro del imperio, a finales del gobierno de Augusto 50 000 germanos y 100 000 dacios se instalaron en Moesia;[109] hacia el año 150 godos[110] y gépidos[111] llegaron desde Escandinavia e invadieron el valle del Vistula expulsando a las tribus locales y forzando nuevas migraciones que llevarían a las guerras marcomanas.
Entre 270 y 300 un millón de colonos germanos se instalaron en el valle danubiano incluyendo a cien mil bastarnos (279-280).
Con el tiempo los pequeños grupos belicosos exitosos aumentaron su influencia hasta crear las nuevas tribus o confederaciones que terminarían por invadir el Imperio romano.
Como los sajones, alamanes, francos, anglos, vándalos, suevos, jutos, lombardos y los godos (llegados desde Escandinavia).
[115][116] Durante el siglo III los godos terminan por dividirse en: visigodos, ostrogodos, vándalos, gépidos, rugios, esciros y otros.
En 376 a los visigodos, greutungos, alanos y tervingios se les fue concedido es estatus de refugiados para poder entrar en el imperio expulsados por los hunos.
[117] Esta migración se notara también en el ejército que pasará a formarse en gran medida de bárbaros reclutados entre las tribus que han entrado o en grupos de mercenarios, abandonándose las antiguas tácticas, armas y disciplinas.
A mediados del siglo IV 40 000 guerreros godos luchaban en el ejército mientras 300 000 sármatas obtenían el permiso de entrar en el imperio.
[120] Para el siglo IV el Imperio romano de Occidente se hallaba muy debilitado, al ceder tierras a las tribus germanas a cambio de soldados había ido perdiendo cada vez más tierras y recursos pudiendo solo contratar germanos en su ejército los que a cambio les pedían más tierras iniciando un círculo vicioso de empobrecimiento, dependencia y pérdida territorial.
[128] Por otra parte, en el 409 llegaron 100 000 vándalos a la península ibérica (según J. Liebeschuetz), veinte años después una masa de 50 000 (para Procopio de Cesarea) u 80 000 (Liebeschuetz) cruzaron al Magreb, fundando el reino vándalo.
[147] En el año 600 a. C. aproximadamente la población de la península superaba el millón, incluía 130 000 lucanos (en las actuales Basilicata y Calabria), 570 000 sículos (Sicilia), 450 000 mesapios (Apulia); en algunas regiones la población alcanzaba una alto volumen, 250 000 para Brucio y 200 000 para la Campania.
Durante el siglo V a. C. la población decayó a 300 000 o 400 000 (en total Italia tenía 2,5 millones).
[14] Según esta interpretación se contaron solo a los hombres adultos libres y como resultado la población real sería mucho mayor.
En el 66 d. C. Tiberio Plauto Escribano Eliano asentó al norte de la desembocadura del Danubio a 100 000 sármatas, bastarnos y dacios.
[162] Al producirse la conquista del millón de dacios unos 150 000 vivían en zonas urbanas y 150 000 eran pastores de las montañas, los primeros en asentarse al iniciarse la romanización fueron los 150 000 soldados romanos recompensados con tierras y dinero por sus servicios.
[165][166] Con el tiempo la población se recuperó hasta la invasión goda en el siglo III y su abandono por los romanos.