La creencia popular es que los romanos ni invadieron ni influyeron de modo notable en Irlanda, aunque se sabe que expediciones de tribus irlandesas llegaron a las provincias romanas de Britania (Gran Bretaña) y Galia (Francia).
Existen evidencia de expediciones comerciales entre la Britania romana e Hibernia.
César invadió brevemente el sur de Gran Bretaña, aunque su ejército dejó pocas pruebas, y la conquista sucedió con el emperador Claudio, que inició un dominio de unos cuatro siglos de duración, hasta mediados del siglo V.
Otras evidencias arqueológicas se encuentran en D(ruman)argh y Rock of Cashel (Roca del castillo).
Los otros pocos textos del período que se conservan, junto con la arqueología, sugieren cierta interacción, sobre todo comercial, entre la Britania romanizada e Irlanda.