La Vulgarización y barbarización dentro de las ideas históricas de Arnold J. Toynbee, son procesos homólogos que tienden a liquidar espiritualmente a las minorías dominantes.
La minoría dominante, esto es, la fracción de una civilización en desintegración que continúa al mando, pierde su moral, como consecuencia del quiebre del legado y tradición espiritual propio de la civilización.
Cuando ésta fuente es una civilización extranjera, se trata de barbarización, mientras que cuando la inspiración es el propio proletariado interno, es vulgarización.
En las maneras y costumbres, se ve en la asimilación de aquellas propias del populacho.
En el Imperio romano ello es visible en la adopción del cristianismo de inspiración no helénica, sino siríaca, primero por el pueblo romano, y después por la élite, en desprecio de la religión tradicional de los dioses olímpicos.