Ariovisto

Vesontio está a 121 km de esa franja del Rin, entre Mulhouse y Basilea.

Cicerón escribe en el año 60 a. C. sobre una derrota sufrida por los heduos, quizá en referencia a esta batalla.

[10]​ Ariovisto tomó un tercio del territorio de los heduos, estableciendo a ciento veinte mil germanos allí.

Ariovisto decidió apartar a los sécuanos del estratégico valle de Doubs y repoblarlo con colonos germánicos.

Presumiblemente, el país al norte de allí sí estaba bajo control germánico.

Cicerón indica que la derrota de los heduos tuvo lugar el año 60 a. C. o antes.

Dión Casio, escribiendo más de dos siglos después, está conforme, caracterizando a César como intentando provocar la guerra para obtener la gloria y el poder, mientras que al mismo tiempo cuidaba de no parecer el agresor.

César debe haber emprendido la marcha hacia el valle del Saona de manera inmediata.

Aparentemente Ariovisto había conocido la presencia romana allí, debido a que dejó su marcha y esperó.

El ejército se estaba moviendo a sólo once kilómetros al día y confiaba en Diviciaco para guiarlos a través de campo abierto; así, es probable seguro asumir que no había calzadas romanas entre Besançon y Belfort en aquella época.

César, conocido por dar a todos sus enemigos potenciales una última oportunidad, jugó con la idea de que Ariovisto había entrado en razón.

Sólo raramente conseguían esos bárbaros hacer que sus sentimientos fueran conocidos sobre semejante uso del término, como hizo Ariovisto en aquella ocasión.

Procurando enfatizar que él no podía confiar en los germanos, César envió a dos oficiales menores, Gayo Valerio Procilo y Marco Mecio.

Las tribus germánicas habían desarrollado una fuerza especial que estaba formada por caballería mezclada con un número igual de infantería ligera, cuya única función era apoyar a los caballeros, individualmente o en unidades, que se hubieran embrollado en el combate.

Dejando una ligera defensa en el campamento, César avanzó en acies triplex hasta unos quinientos metros dentro del campo germano.

La idea era colocar la tribu en una situación en la que debían resultar victoriosos o ser aniquilados con sus mujeres.

César abrió la batalla con una carga contra la izquierda germana, lo que parecía la parte más débil de la línea.

Esta decisión estaba normalmente reservada a oficiales superiores[cita requerida] pero Craso obtuvo grandes alabanzas por ello después de la batalla y fue probablemente alistado para un rápido progreso.

Algunos, incluyendo al propio Ariovisto, consiguieron cruzar el río en barcas o nadando.

Ambos emisarios de César fueron rescatados ilesos, para relatar sus angustiosas aventuras conforme los germanos debatían (en su presencia) si debían ser quemados entonces o más tarde.

Las tribus germánicas que se habían unido a los suevos en sus ataques, ahora compraron la paz volviéndose contra ellos y atacándolos en su retirada.

En sólo unos pocos días, los suevos perdieron la capacidad de organizar cualquier ofensiva en el Rin o sobre este río, que ellos asiduamente evitaron durante un tiempo posterior, tomando refugio en la Selva Negra como los futuros alamanes.

Cuando los usípetes y los téncteros fueron expulsados de sus tierras por los suevos en el año 55 a. C., no se le menciona.

Inmediatamente emprendió campaña contra los belgas, y la disposición de las tierras en el Rin se omite en su relato.

César había justo asentado al último de ellos entre los heduos cuando comenzó la campaña contra Ariovisto.

Una conexión del siglo XIX entre Ehre, "honor" y Ario- resultó no ser válida.

El lingüista indoeuropeo, Julius Pokorny, en Indogermanisches Etymologisches Woerterbuch (disponible en Internet) simplemente afirma en la pág.

Quizás -vistus deriva de la misma forma en inglés "sabio", *weid-to-, que en anglosajón es también usado para designar a un líder o guía (wisa).

Siguiendo a Smith, Ariovisto se traduce de forma más directa como "general", suscitando la posibilidad de que el nombre sea un título concedido al hombre por los suevos, su nombre real por lo tanto quedó eclipsado por él.

[27]​ Esta derivación proviene de una comparación con el irlandés antiguo aire, airech, "hombre libre, noble, líder" del céltico *arios ("noble" o "por delante, liderando"), y el elemento bien establecido como galo uid-, uidi-, uissu-, "percepción, conocimiento".