Miguel Primo de Rivera

[6]​ Durante el transcurso de la dictadura —en el contexto de un ciclo económico exterior expansivo desde 1924 hasta 1929— se produjo un importante crecimiento económico y se desarrolló una política intervencionista y proteccionista con inversión en obras públicas e infraestructuras.[10]​ Crecientemente impopular, dimitió el 28 de enero de 1930 tras perder el favor del monarca y del ejército,[11]​ y se trasladó a París, donde falleció poco más tarde.[26]​ Se embarcaron hacia la península antes del estallido de la guerra hispano-estadounidense.[35]​ Debido a su trayectoria militar, estaba vinculado al grupo de militares africanistas, aunque en un primer momento se pronunció a favor del abandono del protectorado norteafricano.[45]​[46]​ Ya en 1921 habría tenido deseos de acceder al Gobierno.[52]​ En un clima político influido por el Desastre de Annual —y el Expediente Picasso—, Primo de Rivera empezó a hacer los preparativos para llevar a cabo un pronunciamiento militar.[60]​ El almirante Aznar, de hecho, se negó a que la Armada bombardease Barcelona.[69]​ El directorio militar suspendió las garantías constitucionales, declaró el estado de guerra y procedió a destituir de golpe a todos los gobernadores civiles en las provincias, sustituyéndolos por los gobernadores militares.[78]​ En noviembre de 1923, Primo de Rivera efectuó un viaje a Italia junto a Alfonso XIII para reunirse con Mussolini, donde compararía el fascismo con su movimiento al dictador italiano, así como el somatén con los camisas negras.[85]​ En cambio El Debate, que estuvo relacionado con la fundación de la Unión Patriótica Castellana, tras ofrecer un fervoroso apoyo inicial a Primo de Rivera, adoptó posteriormente una posición más tibia hacia el régimen.[86]​ El directorio militar buscó la anulación de la anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) aumentando las medidas represivas sobre esta.[96]​ Tras el ataque rifeño al protectorado francés, se abrió la posibilidad de cooperación franco-española, a la que Primo de Rivera terminó aviniéndose tras ser convencido por sus colaboradores Antonio Magaz y Francisco Gómez-Jordana Sousa.Tras la operación exitosa del desembarco y una celebración de este que tuvo lugar en Melilla, se cesó a sí mismo como alto comisario, reemplazándose en el cargo por José Sanjurjo en noviembre de 1925.6]​ Primo de Rivera, que inicialmente se había apoyado en su pronunciamiento en los regionalistas catalanes de la Lliga, no tardó en dar un giro y adoptar políticas anticatalanistas.[106]​ Sin embargo, Enric Ucelay-Da Cal apunta hacia una actuación represiva caracterizada por una «confusa arbitrariedad» que, centrada en los símbolos, no actuó contra la prensa en idioma catalán, aumentando de hecho el número de diarios redactados en dicho idioma durante la dictadura.[119]​ Tras el golpe fallido contra la dictadura conocido como «la Sanjuanada» acontecido en junio de 1926, que se desarrolló simultáneamente a la llamada «cuestión artillera», originada por la anulación por parte de Primo de la escala militar en la que los oficiales de artillería e ingenieros solo promocionaban por escalafón y antigüedad,[120]​ la oposición constitucionalista a la dictadura pasó a ser liderada por Rafael Sánchez Guerra, relegando en dicho rol al conde de Romanones y a Melquíades Álvarez, que habían estado involucrados en el golpe.[124]​ Suscitó críticas en el seno de la propia Asamblea Nacional Consultiva,[125]​ y ni siquiera el propio Primo de Rivera encontró satisfactorios múltiples aspectos y prerrogativas del anteproyecto.Pero donde más se hizo patente la política económica intervencionista de la Dictadura fue en las obras públicas, cuya labor fue desde las obras hidráulicas —para cuyo aprovechamiento integral se crearon las Confederaciones Hidrográficas— a las carreteras —en 1926 se fundó el Circuito Nacional de Firmes Especiales, que realizó unos 7000 kilómetros de carreteras— y los ferrocarriles —en 1926 se aprobó un ambicioso proyecto de construcciones ferroviarias, el llamado Plan Guadalhorce—.Al llegar, aquellas lo encontraron sentado, con las gafas a punto de resbalar, el correo pegado al pecho y una mano en el brazo del sillón.Llamaron al médico, quien acudió y determinó el fallecimiento por diabetes.[143]​ Sus restos fueron enterrados en el cementerio de San Isidro, en Madrid,[144]​ aunque más tarde se trasladaron[145]​ a la Basílica de la Merced de Jerez de la Frontera, como él pidió en su frase: «Si cien veces naciera, desearía fuese en Jerez, a Jerez quiero venir a morir, y en Jerez deseo se guarden mis cenizas».Sin embargo cuando el tren llegó a Irún no hubo autoridad alguna, de lo que se quejó José Calvo Sotelo en un artículo publicado en ABC: «Al descender en la estación de Irún... no aparecía en forma alguna la España oficial, ¡ni un pelotón de tropa!Guardias Civiles y Carabineros, sí; pero nosotros no éramos delincuentes ni contrabandistas».[148]​ Su régimen se presentó inicialmente como regeneracionista y de carácter provisional,[149]​ y el propio Primo de Rivera llegó a afirmar que su directorio militar duraría solo tres meses.[154]​ Gabriele Ranzato apunta que su aversión visceral a la intelectualidad estuvo animada por un complejo de inferioridad.[n.10]​ Martin Blinkhorn señala que Primo fue un «benevolente y sincero paternalista».[164]​ En palabras de Richard Herr, era «demasiado campechano como para poder compararse con Mussolini».[167]​ En 1928, tras una amistad de varios años, obtuvo real licencia para contraer matrimonio con Mercedes Castellanos, más conocida como "Niní" Castellanos, aunque el matrimonio no se llevaría a cabo.
La figura de su tío Fernando , que había vuelto a España de Filipinas en 1883, marcó al joven Miguel, que vio en él un ejemplo de éxito a imitar. [ 17 ]
Primo de Rivera (abajo a la izquierda) acompañando junto a otros militares a Alfonso XIII.
Primo de Rivera pronuncia un discurso ante los reyes.
Anuncio del gobierno de Primo de Rivera en 1923 en Madrid.
Desembarco de Alhucemas , septiembre de 1925.
Primo de Rivera en San Sebastián en 1927.
«A mí no me borbonea nadie». Según Miguel Maura , Primo repetía esta frase en los últimos días de la dictadura. [ 131 ]
Retrato de Primo de Rivera
Escudo de Miguel Primo de Rivera. [ cita requerida ]