Posteriormente también se ha utilizado el término «dictablanda» en otros contextos, como en los finales de la dictadura franquista hasta 1975.
[cita requerida] Más allá del origen del término mencionado y conforme también a su uso actual, el término «dictablanda», al igual que el término «democradura», hace referencia a lo que se conoce como regímenes híbridos y que se usa para referirse a aquellos gobiernos que se caracterizan por una combinación de elementos democráticos y autoritarios, que en general se usa para caracterizar a países republicanos y democráticos que adolecen de instituciones y sociedades civiles que fortalecieran una democracia del tipo liberal y con poderes legislativo y jurídico independientes del poder ejecutivo, el cual está marcado por un fuerte personalismo, destacando sobre todo aquellos países donde esto ocurre en la figura del jefe de Estado o del jefe de Gobierno, factor que se acrecienta en aquellos países de corte presidencialista donde el presidente ocupa ambos cargos, y a esto se le suma la búsqueda de reelecciones constantes, características que cumplieron en algunos momentos y que cumplen en la actualidad varios gobiernos sobre todo de América Latina, África, Oriente Medio y de los estados postsoviéticos.
Las «reglas republicanas» y los juegos democráticos quedan en situación de tramas exteriores a las decisiones reales.
[6] señalando su opinión sobre el Partido Revolucionario Institucional: [cita requerida] Al concluir la intervención del escritor peruano, el historiador Enrique Krauze, moderador del debate, agregó que un mejor término a usar para describir la situación mexicana, sería: «dictablanda».
[6] Octavio Paz interrumpió en ese momento para corregir las afirmaciones anteriores, ya que, por precisión, se debería calificar al sistema político mexicano más bien como un sistema de dominación hegemónico de partido.