José Sanjurjo

Tras ser detenido y encarcelado, finalmente le fue conmutada la pena de muerte y durante los gobiernos del segundo bienio republicano logró la excarcelación, exiliándose en el vecino Portugal.[7]​ Ese mismo año también es nombrado jefe superior de todas las fuerzas militares en Marruecos.[10]​ Este hecho contrarió enormemente a Sanjurjo, que se consideraba mejor preparado para el cargo.[11]​ Sin embargo, el Gobierno Berenguer fracasó estrepitosamente en sus propósitos y pronto quedó patente la nueva situación.[12]​ Poco después Alfonso XIII abandonaba el poder y oficialmente era proclamada la Segunda República.[10]​ Esta acción consolidó la llegada del nuevo régimen republicano y por ello fue confirmado en el cargo de director general de la Guardia Civil por las nuevas autoridades.[13]​ No obstante, su desagrado con el nuevo régimen empezó bien pronto: las reformas militares de Azaña no gustan a Sanjurjo, especialmente la reducción de efectivos del ejército y el nombramiento de López Ferrer, un civil, como alto comisario en Marruecos, por lo que muestra su desagrado.Al iniciarse las investigaciones de ambos sucesos, Sanjurjo muestra su disconformidad,[14]​ lo que junto con sus críticas a las reformas militares hace que sea sustituido al frente de la Guardia Civil por el general Miguel Cabanellas, pasando él a la Dirección de Carabineros.[14]​[18]​ Posteriormente también en la capital andaluza tuvo problemas y, tras una huelga general se le escapó el control de la situación, terminó por desistir e intentó huir a Portugal, aunque fue detenido en Ayamonte (Huelva) junto con un hijo suyo cuando intentaba alcanzar la frontera.El presidente de la república, Alcalá-Zamora, se resiste a la firma del decreto y aunque finalmente lo acepta el último día del plazo legal, fuerza una modificación del mismo que impedía el retorno de Sanjurjo al ejército.Estas dilaciones y la modificación del decreto provocan una crisis de gobierno que hace dimitir a Lerroux, quien es sustituido por Ricardo Samper.[14]​ A la par, se decreta el Estado de alarma en todo el país, estado que había decaído apenas veinte días atrás, por amenazas de huelgas.El general Emilio Mola asumió entonces la dirección del complot, orientándolo hacia un modelo similar al que protagonizó Riego en 1820 o el reciente de Primo de Rivera (1923).
Retrato de José Sanjurjo realizado por Isidro Fernández Fuertes "Gamonal" ( La Esfera , 1921).
José Sanjurjo en 1932.
Sanjurjo con otros oficiales siendo juzgado en el tribunal en 1932.
El general Miguel Cabanellas junto a Manuel Fal Conde inaugurando un busto del general Sanjurjo con boina carlista tras su muerte, julio de 1936.