La primera referencia exacta que conocemos sobre el monasterio data de 1348, y ya en aquel entonces existía un primitivo edificio.
Lejos de las últimas investigaciones, la tradición ha afirmado que fue el santo mártir mercedario San Pedro Pascual quien fundara el monasterio.
[4] Fue Fernando Álvarez, arquitecto portugués, el encargado de dirigir las obras, que se prolongaron tras su muerte hasta 1614.
[9] En 1810, con la llegada de las tropas napoleónicas a la ciudad, la orden huyó del inmueble conventual, el cual fue usado para acuartelamiento militar.
Tras el pronunciamiento de Riego, se vuelve a cerrar el convento, afectando al culto en la iglesia.
Adquirió rápidamente popularidad en los inicios del siglo XV, ya que consta su asistencia en 1410 a actos religiosos en la ciudad.
La iglesia cuenta con una réplica de la Sábana Santa[19] que llegó en 1572,[20] así como otras 10 reliquias más.