Durante la retirada el Regimiento Alcántara carga repetidamente contra los rifeños, sufriendo fuertes pérdidas.
Por su actuación fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando, que se le concedió póstumamente en 1923.
Ese mismo día, se le dio la orden de proteger la retirada desde Dar Drius a Batel (Tistutín), durante la que volvió a realizar valerosas cargas contra los rifeños, que supusieron casi la aniquilación de su maltrecho regimiento.
Las cargas realizadas durante el cruce del río Igan fueron durísimas, teniendo que realizarlas al final a pie debido a haber perdido ya la mayoría de los caballos.
Por esta herida el capitán médico Rebollar le hubo de amputar el brazo sin anestesia debido a los escasos medios con los que se contaba en la posición.
Durante el asedio se comportó valerosamente, en constante combate, dirigiendo y animando a todos con su heroico ejemplo.
[1] Hasta que no se recuperó Monte Arruit el 24 de octubre no se pudieron retirar sus restos del lugar en que habían sido enterrados por sus propios soldados, dándoseles a continuación sepultura en el cementerio de Melilla, donde permanecieron hasta ser exhumados el 11 de noviembre de 1923.
En ese día fueron embarcados en el vapor Puchol y llevados a Málaga, en cuyo Ayuntamiento se instaló la capilla ardiente.
Trasladados por ferrocarril a Madrid, llegaron a la estación de Atocha el día 14 y fueron colocados en la glorieta del mismo nombre, donde una brigada mixta al mando del general Cabanellas les rindió honores, tras lo cual el rey Alfonso XIII impuso al féretro la Cruz Laureada de San Fernando, que le había sido concedida dos días antes en premio a su heroica actuación durante el Desastre de Annual.