Existen testimonios de mujeres filósofas al menos desde la Grecia antigua y un número relativamente pequeño de ellas fueron consideradas como tal en las épocas antigua, medieval, moderna y contemporánea, especialmente durante los siglos XX y XXI, apenas hay mujeres filósofas que hayan entrado en el canon filosófico occidental.Entre las filósofas contemporáneas influyentes están Ayn Rand (1905-1982), Susanne Langer (1895-1985), Hannah Arendt (1906-1975), Simone de Beauvoir (1908-1986), María Zambrano (1904-1991), Mary Midgley (1919), Mary Warnock (1924-2019), Celia Amorós (1944), Julia Kristeva (1941), Patricia Churchland (nacida en 1943), Susan Haack (nacida en 1945) y Amelia Valcárcel (1950)."[9] "Me fui a hojear al menos tres enciclopedias filosóficas y de todos estos nombres (salvo Hipatia) no encontré ningún rastro.[8] The Norton Introduction to Philosophy no menciona a una ninguna filósofa femenina hasta mediados del siglo XX.Los estudiosos sostienen que las mujeres filósofas también están ausentes de las otras antologías principales utilizadas en las aulas universitarias.Eurípides compuso la tragedia Melanipa la filósofa, donde el personaje de Melanipa muestra sus conocimientos astronómicos, como ya hizo Aglaonice, y a argumentar la doctrina filosófica de Anaxágoras.[13] Se vinculó al platonismo medio a Clea, una sacerdotisa de Delfos.[13] Igualmente hubo mujeres filósofas en las escuelas epicúrea y estoica, tanto en Grecia como en Roma.Entre ellas destacan Temista de Lámpsaco y Leontion (ver Mujeres epicúreas).[14] En la escuela cínica destaca Hiparquía de Maronea (siglo IV a. C.) En el neoplatonismo, según Porfirio, se reunieron varias mujeres, entre ellas Gémina y Anficlea.En esta época las mujeres laicas no contaban, en general, con la suficiente instrucción.En el siglo XII, la princesa bizantina Ana Comneno, hija del emperador Alejo I Comneno, recibió una esmerada educación que la convirtió en erudita en literatura bizantina, historia, mitología y filosofía, incluyendo algunas dedicadas al estudio de Aristóteles junto con un grupo de comentaristas de su obra.Muchas de estas mujeres escribieron obras sobres sus experiencias místicas, así como algunos tratados científicos.Su aguda percepción del dolor existencial humano se plasma en obras como Las moradas (1577), donde propone un camino interior de redención que conduce a la beatitud.