Dado que no se esperaba descendencia del matrimonio del heredero al trono, el archiduque Fernando (emperador desde 1835), su próximo hermano mayor, Franz Karl, continuaría la sucesión de los Habsburgo, razón por la cual se le dio especial importancia al nacimiento de su hijo Francisco José en la corte vienesa.Por esta razón, Franz Joseph fue constantemente tratado como un sucesor potencial al trono imperial por su madre políticamente ambiciosa desde una edad temprana.Hasta los siete años, el pequeño "Franzi" se crio al cuidado de la niñera ("Aja") Louise von Sturmfeder.Entonces comenzó la "educación estatal", cuyos contenidos centrales fueron el "sentido del deber", la religiosidad y la conciencia dinástica.Los educadores Heinrich Franz von Bombelles y el coronel Johann Baptist Coronini-Cronberg ordenaron al Archiduque Francisco José estudiar una enorme cantidad de tiempo, que inicialmente comprendía 18 horas por semana y se amplió a 50 horas por semana a los 16 años.No alcanzó a ver, empero, la situación de debilidad en que dejaba al poder central su pretendida prescindencia en estos graves asuntos.En marzo de 1849 Francisco José impuso una nueva constitución centralista y restauró el absolutismo.Esta constitución, llamada de Olmütz, afirmaba que Hungría es parte del Imperio Austriaco, sin ningún derecho especial.En mayo el emperador Nicolás I y Francisco José se reunieron en Varsovia para concertar la acción militar común antihúngara.Tras la batalla de Temesvár, los húngaros capitularon en Világos y Kossuth huyó a Turquía.No era tal: la emperatriz, que había entregado su vida rural sin preocupaciones por el estricto protocolo de la corte vienesa, pronto comenzó a tener problemas.Esta decisión, aparentemente intrascendente, demostró tener una importancia política enorme, ya que cuando Rodolfo, el único varón, se suicidó, la familia quedó sin sucesores al trono.La emperatriz, que tenía la costumbre de efectuar múltiples viajes, encontró la muerte en Ginebra en 1898.Como la soberana tenía la costumbre de viajar sin vigilancia ni seguridad, permitió que un anarquista italiano llamado Luigi Lucheni se aproximara a ella asestándole con un estilete una sola y certera puñalada al corazón.El corto reinado de Maximiliano estuvo constantemente amenazado por las tropas del presidente Benito Juárez.Ciertamente, entre los que más lamentaron su muerte estuvo Francisco José, hermano y amigo de quien había sido ejecutado.[1] La propia Austria (la llamada Cisleitania) constaba de 8 naciones diferentes, con 15 Estados y 17 parlamentos.Derrotado en Italia y Alemania, el imperio de Francisco José decidió comenzar a intervenir asiduamente en los Balcanes.En ocasiones financiados directamente desde San Petersburgo, estos movimientos nacionalistas se envalentonaron y actuaron con mayor audacia e irresponsabilidad, enrareciendo el clima político con las periódicas crisis balcánicas que se sucedieron hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.Si bien se pretendía detener la cada vez mayor violencia de los separatistas serbios, en realidad, la anexión no hizo más que azuzarlos contra el Imperio, y muy bien pudo haberse iniciado la Gran Guerra en ese momento.Los ingleses convocaron una conferencia internacional, que Austria rechazó por temor a resultar vencida.Italia, por su parte, suscribió un acuerdo secreto con Rusia (Tratado de Racconigi) para mantener el statu quo en los Balcanes.Con ello triunfó la política alemana, que haría frente común con Austria, su único aliado seguro.La Primera Guerra Mundial surgió, entre otras causas, como consecuencia de la inestabilidad interna del Imperio austrohúngaro.La constante tirantez entre el poder central y las minorías separatistas (checos, eslovacos, serbios, italianos y rumanos) llevó a un conflicto multinacional en el seno del Imperio, que no podía menos que ser aprovechado por sus enemigos exteriores.Además, Francisco José permitió que los militares acaudillados por el conde Conrad von Hötzendorf (partidario de una guerra preventiva con Serbia) dirigieran la política imperial de manera hostil y belicista hacia la amenazante Serbia, apoyada por la Rusia paneslavista, que con sus aspiraciones nacionalistas ponía en peligro la estabilidad y la unidad del Imperio.Como Austria-Hungría se había aliado con Alemania e Italia en la Triple Alianza, Francisco José debió apoyarse en el káiser Guillermo, el cual era partidario de castigar a Serbia, pero no creía que Rusia se involucrara en una guerra a favor de unos regicidas.Con respecto a Italia, en 1915 violó su alianza con Austria y Alemania con la esperanza de que su victoria le proporcionara los territorios austriacos ambicionados por el nacionalismo italiano, la llamada Italia irredenta (Trento, Gorizia, Trieste, Istria, Fiume y Dalmacia).Como Rodolfo se había suicidado y Sissi no había querido tener más hijos, la corona debía pasar necesariamente a los hermanos y sobrinos de Francisco José, porque las leyes impedían que sus hijas heredaran el imperio.Igualmente, la tarea de Francisco José I no fue escasa ni despreciable: consiguió mantener su monarquía durante todo ese tiempo, mientras las fuerzas nacionalistas centrífugas y los poderes extranjeros intentaban hacer trizas al Imperio por todos los medios.