Baños públicos (historia)

A menudo el término público puede llevar a confusión, ya que existen restricciones sobre quiénes pueden utilizarlos — por ejemplo, miembros de la élite de una cultura, exclusivamente hombres, solo religiosos, etc. A medida que la sociedad ha avanzado, los baños públicos han sido menos comunes, ya que es posible ahora disponer de aseos privados.

En muchos casos, los baños públicos antiguos se han incorporado a la estructura social siendo ahora 'puntos de encuentro'.

Más tarde los gimnasios tuvieron bañeras interiores situadas en la parte superior, leones con las fauces abiertas abrían el paso a las duchas, y piscinas circulares con hileras de peldaños para descansar.

Las ciudades de toda la Antigua Grecia honraban los sitios donde «jóvenes mancebos se levantaban y echaban agua sobre sus cuerpos».

Hacia el 300 d. C. las Termas de Diocleciano cubrían 140 000 m², su granito y pórfido albergaban 3.000 bañistas al día.

Antiguas ruinas usados como baños públicos, por Hurbert Robert (1798).
Antiguos baños, siglo XV