Elena de Baviera

En la búsqueda de un buen partido para casar a su hijo, Francisco José, su tía, la estricta archiduquesa Sofía de Baviera, se fijó en la seria y humilde Elena, aunque reprobando la educación poco aristocrática que su hermana había impartido a sus hijos.

Ambas madres acordaron reunirse en Bad Ischl con los dos jóvenes, que sólo se habían visto en una ocasión en Innsbruck.

Para la ocasión, Ludovica se hizo acompañar también por otra de sus hijas, Isabel, la cual encandiló a su primo Francisco José con su encanto, así que decidió casarse con ella pese a las críticas de Sofía.

Cumplidos los 22 años, Elena era considerada una solterona y la esperanza de encontrar un buen partido se diluía con el tiempo.

Así pues, su madre se dispuso a buscar un marido para su hija antes de que fuese tarde.

También acudió, junto con su madre, a Corfú, donde Isabel se había refugiado ante la ahogante situación que vivía en Viena.

Murió poco después, a los 36 años, sin haber abandonado su condición de príncipe heredero.

Pero su precario estado de salud propició que muriera anticipadamente, siendo sucedido por su hermano menor, Alberto, que no se hizo cargo del principado hasta dos años después, cuando cumplió la mayoría de edad.

Su hija, Isabel, la hizo abuela por primera vez en 1878, pero su tercer parto dañó seriamente la salud de la princesa que murió al poco tiempo, a los 21 años.

Elena ( Nené ) de Baviera en su juventud.
Maximiliano María de Thurn y Taxis, hijo primogénito de Elena de Baviera.