Fiesta del Judas

Cada año los quintos luchan por poner un pino más alto y han llegado a sobrepasar los 18 metros de altura.

Los familiares y vecinos del pueblo ayudan a los jóvenes al alzamiento de dicho tronco.

El año 2004 fue la primera vez en toda la historia de la fiesta en que su celebración tuvo lugar fuera del lugar de costumbre, debido a las obras del aparcamiento subterráneo que se estaban realizando en ese momento bajo la plaza.

Los padres de los quintos, ayudan a colocar, en un extremo del pino, el muñeco y la base para las vasijas.

Según la tradición, esta base debe ser muy consistente, puesto que, en el interior, las vasijas guardarán muchas sorpresas: caramelos, vino, queso, agua, confetis y palomas.

Los conductores, a cambio, tendrán que darles un donativo para la comida y la cena.[5]​).

Este recorrido vial constituye también un descenso metafórico hasta lo más bajo, hasta el fondo, al lugar donde antaño iban a parar los desperdicios, donde sus despojos son quemados y pataleados, arrojados o abandonados junto a lo desechable y lo sucio.

Aderezados de trajes ridículos, insinuaciones mordaces, muchas veces con pasquines u otros indicadores más precisos, estos muñecos histriónicos pretendían reprender por todas partes con representaciones más o menos figuradas los comportamientos malsanos, vitales o morales, tanto concretos y próximos al vecindario como los generales y difusos que afectaban a todo el género humano.

Con la quema de Judas desaparecían las rencillas, estafas, robos, envidias... Y se resucitaba a una nueva vida.

En todos aparece la figura central del Judas, un pelele que ante el regocijo general acababa en la hoguera.

De forma mucho más espectacular se representaba el Judas en Burgos, Lerma, Villadiego, Castrillo del Val y Belorado.

En estas localidades duraba varios días de desfiles, batallas, mucha pólvora y alboroto, hasta que se lograba apresar al Judas.

La banda municipal marcaba con sus himnos el ritmo del desfile, mientras Los Cadenas ocultaban al Judas con la ayuda de Los Miñones.

Entre el alborozo del pueblo se le llevaba a la Plaza Mayor para ser públicamente juzgado y condenado.

Durante el encuentro preden fuego a la bomba del Judas y se produce una gran explosión.

[7]​ En Bocígano (Guadalajara), en Semana Santa se preparan dos muñecos de paja, que son quemados en la plaza; luego los mozos cogen ramas ardiendo y persiguen a los vecinos.

La cara del muñeco suele ser asociada con un personaje público conocido por su mal comportamiento, y varía cada año.

En sus inicios, el Judas tenía la medida de una persona, pero, conforme han avanzado los años, su tamaño ha ido aumentando, hasta llegar a los 6 metros que mide hoy en día.

La tradición, que se realiza usualmente en Semana Santa (en algún caso en carnaval), consiste en elaborar un muñeco de paja, el cual representa a Judas Iscariote.

Aunque durante muchos años se vinculó con los quintos, más tarde ha pasado a ser una tradición mantenida por peñas de jóvenes.

No podemos negar también que esta cadena de celebraciones es tendiente a su rompimiento en la época moderna, porque se va perdiendo (se esconde) la Tradición verdadera y solo persisten sucedáneos (a vistas de los no iniciados) que no transmiten ninguna realidad trascendente, pues se trata sólo de manifestaciones físicas reproducibles, divertidas y hasta degeneradas, que no transmiten las realidades interiores que debenreproducirse a través de múltiples formas, ajustados a los límites establecidos por la misma tradición

En América, tenemos a Perú donde está profundamente arraigada esta tradición sobre todo en Arequipa en los distritos tradicionales como: Yanahuara, Cayma, Characato, entre otros donde se realiza una lectura de testamento burlesco en el que Judas hereda sus bienes a personajes conocidos (políticos, del espectáculo, deportistas y personajes reconocidos en cada distrito).

Su danza toma cuerpo en Cumaná Venezuela en 1499 después que Don Américo Vespucio se apareciera en esas playa, cargado de espejismo y virajitos para cambiar por perlas y hacer que los indios le construyeran una hermosa barraca donde se alojó.

En la noche, Judas vende a Jesús y se apagan todas las luces del centro de la ciudad para prender antorchas y llevar a Jesús arrestado al templo del Señor de la Columna.

Judas se esconde por donde puede y, al final, cuando lo atrapan, lo ahorcan en el jardín principal.

En Perú esta profundamente arraigada esta tradición sobre todo en Arequipa en los distritos tradicionales como: Yanahuara, Cayma, Characato, entre otros donde se realiza una lectura de testamento burlesco en el que Judas hereda sus bienes a personajes conocidos (políticos, del espectáculo, deportistas y personajes reconocidos en cada distrito).

En casi todo el territorio venezolano hay una tradición en la que distintas comunidades tienen una amplia participación el Domingo de Resurrección, pero son famosas las que se realizan en Caracas, en diversos estados orientales y en Lara, Cojedes y Aragua.

El “Judas” en cuestión es un muñeco elaborado con telas, ropas viejas y trapos, relleno con fuegos artificiales que aportan los participantes de la quema de cada comunidad, estos fuegos artificiales son explotados una vez el Judas es ahorcado y se quema.

El muñeco es elaborado a semejanza del Judas escogido para ser castigado, se le coloca una soga al cuello y previo a su quema es arrastrado y ahorcado de forma dramática.

Posteriormente durante la Capitanía general de Venezuela cuando algún personaje cometía algún error esperaban su caída y lo judaizaban.

‘Queima do Judas’, Academia de Comércio, Juiz de Fora, Brazil, 1909
Pelele empleado para la Fiesta del Judas en Cañamares.
«Costumbres andaluzas.—El Judas» por Huertas ( La Ilustración Española y Americana , 1894)