Los entierros suelen consistir en un desfile carnavalesco que parodia un cortejo fúnebre y culmina con la quema de alguna figura simbólica, generalmente representando a una sardina.
El entierro de la sardina carnavalesco se celebra tradicionalmente el miércoles de Ceniza y en él se entierra simbólicamente al pasado, a lo socialmente establecido, para que puedan renacer con mayor fuerza, para que surja una nueva sociedad transformada.
[1] Muchas fiestas españolas terminan con ceremonias, algunas desaparecidas, otras recuperadas, similares a los entierros de la sardina en las que se quema o maltrata una figura simbólica que representa los vicios y el desenfreno que afloraron durante la fiesta.
[3] Con el entierro y con otras ceremonias similares, se invita al pueblo a una reflexión colectiva y se le llama al orden.
Los actos en Murcia pasan por un espectacular desfile de fuego y carrozas, dragones y criaturas mitológicas donde se lanzan toneladas de juguetes.