Carnaval de Lanz

Entre los personajes representados encontramos: Toda la celebración es acompañada por música de chistu y tamboril.

Hace tiempo vivía en el pueblo de Lanz (Navarra) un personaje muy popular al que llamaban ziripot.

Era un hombre grande y gordo que casi no podía andar ni tampoco trabajar, así que, para ganarse la vida, contaba viejas historias o cuentos y sus vecinos, quienes, a cambio, le regalaban comida.

«¿Por qué no traes nada?» le preguntó el hombre caballo, haciendo restallar su látigo.

«Una vez —comenzó diciendo Ziripot—, una gran piedra cayó rodando desde el monte y fue a parar delante de un caserío, tapando la entrada.

Salió por la ventana e intentó moverla desde fuera, pero tampoco pudo, pues la piedra seguía siendo igual de pesada.

Pasó muchos días pensando en cómo solucionar su problema, hasta que se le ocurrió pedir ayuda.

Este último pudo escapar gracias a sus patas de caballo, que corrían velozmente, pero el gigante fue capturado.

Un famoso y temido bandido, conocido como Miel Otxin (nombre derivado de la noticia de un atraco en el cual llegó a robar mil ochines), el cual vivía en Lanz.

Los vecinos, por temor a posibles consecuencias, acuerdan ir vestidos de ropas viejas, harapos y enmascarados con trapos, pañuelos, visillos e incluso máscaras, todo esto con el propósito de prevenir que si fallaban en la emboscada no fuesen reconocidos por el bandido.

La sentencia en el archivo dicta la pena de muerte a los cuatro cabecillas capturados y procesados.

Ziripot
Zaldiko
Arotzak