[2][3] En los últimos años se ha debatido la propuesta de que esta sierra sea declarada parque natural, medida a la que se han opuesto los vecinos de los municipios afectados por considerarla perjudicial para sus intereses económicos.
Estas sierras formadas por cuarcitas ordovícicas plegadas en anticlinorios con rumbos noroeste-sureste, y con fuertes buzamientos corresponden a la orogenia hercínica.
Las cuarcitas de las sierras aparecen muy diaclasadas y afectadas, en ocasiones, por fallas importantes.
Sólo existen torrenteras y pequeños cursos de agua en los que predominan las características erosivas, con fuerte escorrentía superficial.
En función de estas características, se localizan los nacimientos de algunos ríos cuyo máximo desarrollo se alcanza en los valles adyacentes a la sierra como es el caso del río Aliste.
En su vertiente sur discurre paralelo a la sierra recibiendo innumerables arroyos que también nacen en las laderas de la montaña, como el arroyo de Riofrío o el Espinoso.
El clima de la zona es mediterráneo continentalizado, caracterizado por inviernos fríos y largos, con temperaturas medias inferiores a 10 °C durante al menos medio año, en los que son frecuentes las heladas y, en menor medida, las nieblas.
Debido a un intenso y descontrolado abuso de la tala la sierra fue progresivamente deforestada.
Gran importancia adquieren los matorrales, bien sean de ericáceas, que se desarrollan en zonas que potencialmente corresponderían a rebollo y donde la especie más común es la quiruela, o de cistáceas, en las que domina la jara común y el romero, ocupando preferentemente zonas en las que las correspondería un encinar, junto a los de leguminosas donde destacan tres tipos: los escobonales de Cytisus scoparius o Cytisus striatus, los cambronales con Echinospartum lusitanicum más Cytisus multiflorus o Genista hystrix y los piornales a base de Cytisus multiflorus junto con Adenocarpus complicatus, cantuesos y tomillos.
Mención especial requieren los alcornocales, por su alto valor ecológico, al encontrarse aquí en su límite más septentrional de distribución, el mejor ejemplo es el situado en Cabañas de Aliste, junto con las zonas hidroturbosas, de elevado interés biogeográfico, se trata de pequeños tremedales o zonas pantanosas donde están presentes especies como Erica tetralix, Genista anglica y Genista micrantha, dominando, en unas ocasiones, la Drosera rotundifolia, Rhynchospora alba y Heleocharis multicaulis y en otras la Arnica montana ssp.
La jara también tuvo su especial importancia, dado que de ella se obtenía el ládano, resina muy utilizada en la medicina.
Todas estas setas son comestibles y poseen un alto valor culinario, si bien su recolección está regulada por los ayuntamientos locales.
El castaño también ha desempeñado un notable papel en la economía y cultura serrana, en cuanto su fruto fue clave en la alimentación de la zona, habiéndose utilizado para producir un producto sustitutivo del pan, hoy en desuso.
Junto a éstos, el jabalí es otro de los grandes mamíferos que comparten este extenso hábitat.
[12] Además, en los últimos años se ha detectado la presencia del lince ibérico en la sierra, dato que refuerza los valores medioambientales de este territorio.
En el medio acuático, formado por la extensa red de ríos y arroyos que atraviesan la sierra, destacan la nutria y algunos tipos de peces como el calandino o la bermejuela.
Los castros son otro de los testimonios históricos que delatan la presencia del hombre en esta sierra.
A finales del periodo medieval (mediados del siglo XV) se construyó en Puebla la edificación militar defensiva más importante de este territorio, el denominado castillo de los Condes de Benavente, con el que se pretendía afianzar la frontera con Portugal y que en la actualidad sirve para fines culturales y turísticos.
En junio el día 15 se originó un incendio debido a una tormenta eléctrica en una ola de calor.
La sierra aporta un amplia variedad de productos naturales -castañas, moras, setas, nueces, endrinos...- de los que los habitantes y oriundos extraen rendimiento en mayor o menor medida.
[22] Junto a estas actividades, existieron otras que el progreso y la despoblación han ido dejando en ocasiones en el olvido, pero que en su día fueron un notable motor de desarrollo económico de la sierra.
Además, la cercanía de Portugal también aportó y aporta un notable valor añadido, no solo por la histórica actividad del contrabando, sino también por el impulso de determinadas actividades económicas y el consiguiente intercambio cultural, desdibujando en ocasiones una realidad administrativa.
En los últimos años han surgido nuevas empresas que realizan actividades relacionadas con la fauna (avistamiento de aves, rastreo u observación), educación ambiental y de aventura (senderismo, BTT, rápel o escalada).
Su extremo norte conserva las principales edificaciones, reflejo de su antiguo poder civil, militar y eclesiástico.
Su recinto urbano se encuentra limitado por estructuras defensivas de la época medieval que fueron modificadas y reforzadas a partir del siglo XVII.
En su interior se conservan dos núcleos diferenciadas, “La Villa” y “El Arrabal””, ambos separadas por una vaguada natural.
Villardeciervos, por su parte, se caracteriza por su particular configuración arracimada, distribuida por calles sinuosas delimitadas por edificaciones entre las que predominan las grandes casonas de dos o tres plantas.
Alternando con estas edificaciones, hay otras más modestas que también han sido construidas con la misma piedra y que han sabido mantener el encanto de lo sencillo.
Este templo, de configuración sencilla, tiene orígenes románicos aunque con posterioridad ha sido reformado.
[29] Otras muestras del patrimonio tradicional son los frecuentes puentes y pontones construidos en piedra —en ocasiones de gran tamaño— y frecuentemente reforzados para resistir las embestidas de las aguas recrecidas en primavera.