El aguilucho cenizo presenta un fuerte dimorfismo sexual, como se describe a continuación.
La cola es de color gris claro, con unas barras algo más oscuras, no muy marcadas.
[5] La hembra presenta partes superiores (cabeza y nuca) marrón rojizo, con frecuentes manchas blancas.
Su diferenciación de la hembra del aguilucho pálido (Circus cyaneus) es aún más complicada que en los machos.
Los ejemplares inmaduros son muy parecidos a la hembra adulta, aunque frecuentemente tienen un color marrón más oscuro.
El macho es negro o marrón muy oscuro, con una zona blanca en la base de las primarias.
Aunque silencioso durante las migraciones, se vuelve muy ruidoso a la hora de ocupar un territorio para anidar.
El aguilucho cenizo suele entrar en celo por primera vez a los dos o tres años, aunque ocasionalmente una hembra puede intentar emparejarse con sólo un año de edad.
En un momento dado el macho se lanza en picado emitiendo un grito corto y ronco, realizando una serie de giros cerca del suelo para recuperar altura más tarde.
La hembra le sigue en su descenso, contestando al grito del macho con una especie de relincho.
En casi todos los países europeos es posible hallar al menos una pequeña población, excepto en Noruega, donde está ausente.
Antes de las migraciones se concentran en grandes grupos, formando bandos separados los machos, las hembras y los ejemplares inmaduros.
Normalmente no suelen ir más allá del golfo de Guinea, aunque algunos individuos pueden llegar hasta Sudáfrica.
Desde principios del siglo XX hasta los años 40, la población europea presentó un importante incremento tanto en población como en zonas de anidamiento (en Dinamarca anidaron por primera vez en la primera década del siglo XX).