Se denomina Arte Esquemático a una serie de representaciones prehistóricas (sobre todo pintadas y casi siempre rupestres) que aparecen en la península ibérica asociadas a las primeras culturas metalúrgicas (Calcolítico, Edad del Cobre, e incluso, con pervivencias marginales en el inicio de la Edad del Hierro).[1] Podría decirse que el fenómeno esquemático tiene dimensiones globales, aunque cada región, incluida la hispana, tenga aspectos propios y diferenciadores.El Esquematismo en el arte es un concepto hermano de otros como el Realismo (una representación figurativa más o menos fiel a la naturaleza, con detalles concretos que permiten identificar fácilmente lo figurado),[2] la Estilización (también figurativo, pero acentuando ciertos detalles considerados arbitrariamente importantes, repitiéndolos y deformándolos hasta perder sus rasgos realistas),[3] y la Abstracción (representaciones completamente ajenas a la realidad, por tanto no figurativas, asociadas a una simbología filosófica y que, aunque pueda recordar inconscientemente ciertos elementos reales, no es posible comprobar tal relación).[4] Incluso, si solo se tiene en cuenta el ámbito peninsular, el arte esquemático carece de uniformidad: abarca una cronología considerablemente amplia y su geografía es demasiado extensa, lo que dificulta enormemente su estudio y hace casi imposible establecer fases o regiones culturales.A pesar de los intentos y de los debates, no ha sido posible atribuir un contenido cronológico a esta separación en dos tendencias que, por otro lado, casi todos consideran que, en el fondo es muy subjetiva y por tanto poco fiable.Tampoco hay sensación de movimiento o, en todo caso, este es sustituido por convencionalismos.Los dos son coetáneos, rondando el 3000 a. C., pero expresan tradiciones de base esquemática similar que se han separado al progresar.El lugar principal suele ser una o varias covachas que marcan el dominio vital, y los centros secundarios lo rodean configurando el territorio sacralizado.Un caso especial, por su importante papel simbólico, lo constituye el Indalo del abrigo de Maimón Chico, en Los Vélez (Almería); representa a una figura humana esquemática con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos.Hay, no obstante, representaciones claramente relacionadas con ídolos, pues tienen fuertes paralelismos con temas idénticos aparecidos en cerámica o en ídolos-placa exhumados en excavaciones de poblados, necrópolis y dólmenes.Los soliformes o esteliformes parecen constituir un segmento aparte, no tienen forma humana (aunque al ser considerados ídolos los incluimos aquí) y son tan variados que es difícil sistematizarlos.De hecho se consideran casos puntuales, entre las que se han constatado, algunas, de las que ya hemos hablado, parecen representar hierogamias; otras son danzas rituales («Valonsadero», Soria) o escenas funerarias.En otros casos, a esas estructuras se les añaden círculos laterales (ruedas), adquiriendo una inequívoca apariencia de carros.Esto indica que, cuando menos, estas representaciones son posteriores a su verificación arqueológica, es decir, el 800 a. C. Por el momento solo se han atestiguado en la provincia de Badajoz.Aunque la mayor parte del arte esquemático español consiste en pinturas rupestres, algunos casos son grabados o insculturas.Todas las figuras son monocromas (cuando se han detectados figuras bícromas, las investigaciones han demostrado que son repintes) En el caso de los grabados o insculturas, es habitual que éstas se asocien también a pinturas.[16] Aunque el Arte Esquemático es en esencia rupestre, los horizontes cacolíticos asociados a Los Millares y sus similares del resto de la Península deparan una serie de objetos cuya decoración tiene motivos equiparables (oculados, zoomorfos, soliformes, motivos geométricos, etc.), por lo que también podría hablarse de Arte mueble esquemático; que, por otra parte ayudaría a datar el arte rupestre.[17] Durante la Edad del Bronce el panorama cambia, el arte mueble es diferente al esquemático, porque este está en regresión, pero hay expresiones que pueden asociarse a los petroglifos galaico-portugueses, sobre todo en la franja atlántica de la península (Galicia, Portugal y todo el oeste español), donde menudean ciertas esculturas toscas y de tamaño considerable, aunque de diversas tipologías, llamadas ídolos-estela o estatuas-menhir en lo que se representan antropomorfos esquematizados, con diversos convencionalismos y armas de bronce (lanzas, escudos, puñales, espadas...).El esquematismo no puede ser considerado, por sí mismo, un indicador cronológico, pues ya aparece en el Paleolítico superior y se percibe en ciertas escenas del arte Levantino español.Desde allí, este nuevo horizonte se extendería por todas partes, creando culturas variadas e independientes, como la de Galicia, con sus inconfundibles petroglifos.Francisco Jordá Cerdá[5] no coincide en absoluto con Beltrán, ya que rechaza las influencias foráneas, defendiendo una evolución nativa cuyo núcleo estaría en el Sistema Bético y Sierra Morena.Igualmente la tendencia actual es compaginar la influencia orientalizante calcolítica, con la evolución local neolítica, aceptando, incluso, varios focos emisores originarios para el esquematismo peninsular.Durante la Edad del Bronce, la fragmentación del fenómeno esquemático peninsular parece aumentar, su constatación cronológica se hace a través de las armas representadas (ausentes hasta entonces): en el noroeste los petroglifos siguen su propio camino, muy relacionado con otros pueblos atlánticos norteños, pero manteniendo tradiciones megalíticas.
Ciervo esquemático del abrigo gaditano conocido como
Cueva de Bacinete
. La representación del animal se caracteriza por el uso de trazos simplificados y convencionales que no pretenden ser realistas, omitiendo todos los detalles irrelevantes para la información que interesa resaltar, llegando a rozar la abstracción. A pesar de ello, la figura es fácilmente comprensible y cualquiera que conozca esta especie animal, la reconocerá inmediatamente.
Distribución del arte esquemático en la península ibérica.
Zoomorfos y antropomorfos en el Tajo de las Figuras.