Geológicamente pertenece al denominado complejo del Campo de Gibraltar.La zona sureste, fuera del parque, está formada por un conjunto de cimas en cuyo interior brotan las aguas que originan los arroyos que se unirán al Guadarranque.En el castillo de Jimena aparecen epígrafes con la "res publica Obensis".Durante este periodo, Jimena se desarrolló como centro comercial y estratégico.La situación de la villa, al abrigo del interior pero razonablemente cercana al estrecho de Gibraltar, ha hecho que su funcionalidad estratégica fuera explotada por los diferentes pueblos que la han poblado.Así, tras la caída del Imperio romano, el emplazamiento sirvió de puesto defensivo y de vigilancia del Estrecho para los visigodos, que la perderán para pasar a manos bizantinas en el siglo VI.La llegada de los musulmanes en el siglo VIII no alteró esta situación.Los conquistadores llevan a cabo una serie de actuaciones para reforzar el enclave, ya denominado Xemina (del que derivaría el nombre cristiano de Ximena y posteriormente Jimena), construyéndose una nueva fortificación.Su situación fronteriza no fue estable, ya que la hizo cambiar de manos entre musulmanes y cristianos durante el siglo XV en algunas ocasiones.En 1451 volvió al poder nazarí, hasta que en 1456, Enrique IV la conquista definitivamente, cediéndola a su valido Beltrán de la Cueva, iniciándose la reedificación y repoblación de la villa durante el último tercio del siglo XV.La empresa se mantuvo mientras persistieron dichas circunstancias, pero los altos costos y el sitio de Gibraltar acabaron con su existencia.En los años 30, la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro es comprada por Juan March Ordinas, empresario Mallorquín y banquero (Banca March), quien en 1944 decide la desintegración del latifundio para pasar a manos de pequeños propietarios que se mantienen hasta nuestros días.Durante la Guerra Civil y el posterior franquismo una importante represión en la localidad.Lo más relevante del paisaje lo constituye la especie que le da nombre al área protegida, que se agrupa en grandes y frondosos alcornocales (Quercus suber) que pueblan las sierras, junto a quejigos (Quercus faginea y Quercus canariensis), acebuches (Olea europaea), madroños (Arbutus unedo), brezos (Erica arborea), adelfas (Nerium oleander) y alisos (Alnus glutinosa).Igualmente, destaca la enorme proliferación de setas en otoño.,[10] de hecho existe un Punto de Información micológica en la localidad[11] La fauna está representada por los buitres leonados (Gyps fulvus), águilas culebreras (Circaetus gallicus), perdiceras (Hieraaetus fasciatus) y calzadas (Hieraaetus pennatus) y halcones peregrinos (Falco peregrinus), además de ciervos (Cervus elaphus), zorros (Vulpes vulpes) y ginetas (Genetta genetta).
Paisaje del parque natural de
Los Alcornocales
, donde se encuentra enclavada la villa de Jimena de la Frontera.