De acuerdo con las leyes del cambio fonético, todo cambio fonético tiende a ser uniforme en las palabras que presentan secuencias similares, así por ejemplo la palabra latina hĭstoria sufrió cambios similares a Hĭspania, como testimonia el título Estoria de España de Alfonso X del siglo XIII (de hecho la moderna palabra "historia" en su forma actual ha sido reintroducida posteriormente como cultismo en español, sustituyendo a la antigua forma estoria que, como palabra patrimonial y a diferencia del cultismo, sí había experimentado los cambios fonéticos habituales).
La teoría mayoritaria manifiesta que proviene del griego, probablemente en alusión al río Iber, actual Ebro.
Cuando los romanos ocupan Iberia, la denominan Hispania, cuyo origen también es desconocido y para el que se han formulado diversas hipótesis como la hipótesis del origen púnico que propone secuencias con base en palabras semejantes a Hispania como la secuencia I-spn-ya (tierra de conejos), de acuñación cartaginesa.
En algunos casos se identifican como "hispanos" a las personas originarias de la península con ciudadanía romana, mientras que a la población autóctona sin ciudadanía romana se la denominaba por el nombre de la tribu íbera o celta a la que pertenecían (ilercavones, edetanos, contestanos, etc.), mientras que en otros casos se emplea la denominación de "hispanos" para todos los habitantes de la Hispania romana, como en el famoso dicho atribuido a Julio César para ridiculizar su pronunciación de b y v: "Beati Hispani quibus bibere vivere est" ("Afortunados los hispanos para los que beber es vivir").
La postura mayoritaria considera que por evolución lingüística fue transformándose, primero en Spania o Spanna y, finalmente, en "España", aunque existen otras hipótesis.
Se establece además una capital que centraliza el poder político y religioso en Toletum.
El rey les persuadió aduciendo, entre otras razones, que lo hacía "per salvar Espanya".
Cuando finalmente se decidió no llevarla a cabo, dijo a sus acompañantes: "Barons, anar nos ne podem, que huy es honrrada tota Espanya" ("Barones, ya podemos irnos, que hoy ha quedado honrada toda España").
[31] En cuanto a otros autores, Pere Tomic escribe, alrededor de 1438, sobre la Reconquista: Perderem, oh dolor, la Espanya [...] les comtes e reys ab lurs inmortals virtuts la recobraran.
El reino de Navarra había constituido un Estado independiente hasta esa fecha, en un difícil equilibrio en su última etapa entre Francia y Castilla.
[47] Carlos I a su llegada fue recibido con hostilidad: apenas sabía castellano y los puestos importantes fueron ocupados por flamencos.
La Castilla del momento era una de las regiones más ricas y dinámicas de Europa, y Carlos I tenía claro que debía someter a las cortes para acceder a la riqueza castellana.
[57] Aunque Joseph Pérez no duda en otorgar una configuración, identidad y conciencia de España, que se desarrolla con afán a la llegada de los Reyes Católicos, mentando literalmente: «A mediados del siglo XV, en la península ibérica no quedaban más que cuatro reinos cristianos: Portugal, Castilla, Aragón y Navarra.
Según el historiador Juan Pablo Fusi, «Carlos V no tuvo grandes problemas en la Península.
Aunque no fijó capital ni una corte estable -pasó veintiocho años en Borgoña y dieciocho años en España, en siete periodos distintos-, Carlos V reemplazó el sistema de los Reyes Católicos por un régimen nuevo basado en el rey, los secretarios reales, los Consejos (creó el Consejo de Estado en 1521 y el Consejo de Guerra en 1522 que se añadieron a los cuatro preexistentes: Inquisión, Cruzada, Castilla, Aragón) y virreyes, gobernadores y capitanes generales como clave del poder territorial.
Felipe II es un rey criado y educado en España e intenta dedicarse principalmente a los intereses de sus reinos, a diferencia de su padre Carlos I que gobernó España como un emperador y viendo España (mayormente Castilla) como una fuente de recursos para su proyecto imperial y sus inacabables guerras europeas.
Gracián escribe en la Monarquía de España, donde las provincias son muchas, las naciones diferentes, las lenguas varias, las inclinaciones opuestas, los climas encontrados, así como es menester gran capacidad para conservar, así mucha para unir.
El año 1674, cuando se intenta en Cádiz que, para comerciar con Indias, los catalanes tengan consulado propio, al igual que franceses, genoveses y demás extranjeros, el representante de los marinos catalanes escribe a la Reina en los siguientes términos: La organización de la España de los Austrias era compleja, pues cada territorio continuaba con leyes propias y organización medievales.
Esto último chocaría en ocasiones con una monarquía cada vez más influida por el creciente absolutismo en Europa.
La oposición al nuevo rey se produce tras la alianza antifrancesa que en 1702 une a Inglaterra, Holanda, Austria y Portugal para defender sus propios intereses.
En un principio la apuesta con más probabilidades de éxito parecía ser la del archiduque Carlos y la alianza.
Castilla por su parte, aparte de considerar a Felipe V como la opción legítima, no había tenido una buena experiencia con los Austrias en los aspectos económico y fiscal.
Pese a que aboga por la supresión de las aduanas interiores, deja este aspecto para más adelante, al decir: Por primera vez en la historia de España, establece que el rey solo utilizará el título abreviado.
El liberalismo introducido tras la invasión francesa conlleva una serie de cambios importantes en la organización territorial e intenta imponer el centralismo eliminando la autonomía existente en ciertas partes de las Españas, donde pervivían los regímenes forales que eran considerados propios del Antiguo Régimen.
En 1975 se descoloniza el Sahara español, adquiriendo España la extensión territorial que ha perdurado hasta la actualidad.
Sin embargo, ante el derecho internacional Sahara Occidental sigue siendo de iure colonia española.
El Estado se irá descentralizando progresivamente, relegando competencias a las comunidades autónomas.
Guicciardini y Castiglioni en el siglo XVI se refieren a una nación española.
El francés Rober Gauguin en 1468 se refiere despectivamente a los españoles (Españoles, negados para artes e ignorantes), y le seguirá la "leyenda negra" desde Inglaterra con ejemplos como Apología (Orange, 1581) o Antiespañol (Arnauld, 1590).
A Francia se le responde sus ataques aduciendo la riqueza geográfica de España, su industriosidad (lanas y telas) y su riqueza cultural e histórica, como muestran los siguientes términos: Tú Francia, fuiste sujeta por Césares, antes de 3 años, Hispania lo fue por Catones, Escipiones, Sertorios, Pompeyos y Césares no antes de 200 [...] Si amas poetas oradores a Séneca, Quintiliano, Lucano, Marcial, Trogo, Pompeyo.