El Imperio Romano, a lo largo del siglo V, comenzó a descomponerse, y también la unidad que representaba el latín, dando paso al nacimiento de las lenguas románicas que aparecen como variedades claramente diferenciadas del latín escrito hacia el siglo VIII.
El catalán es claramente una lengua del bloque occidental, que a su vez consta de diversos grupos.
Filogenéticamente existe una cierta base para considerar el occitanorromance como un grupo autónomo diferente del iberorromance propiamente dicho y el galorromance.
Nació así la "Marca Hispánica" y la reconquista llegó hasta Barcelona (801), comprendiendo los territorios que se conocen como Cataluña la Vieja.
Por varios indicios, podemos afirmar que el catalán ya era hablado en este rincón de la Península hacia el siglo VIII.
No obstante, los documentos de la época son escritos en latín (bastante degradado y en algunos aspectos cercano al catalán).
[7] En el siglo XIII surgen las Homilías de Organyà[10] (comentario en catalán de unos pasajes del Evangelio, escritos en latín), consideradas el primer texto literario escrito originariamente en catalán, puesto que los anteriormente citados no son considerados literarios.
En este contexto, los pactos feudales o las leyes francas acontecían inadecuadas y era necesario adaptarlas a la nueva situación.
Esto lo hizo para no reducir su obra al campo de la gente que conocía latín.
Había obras anteriores en catalán y contemporáneas, pero ninguna de ellas tiene su calidad e importancia.
[21] Aun así, desde Cataluña surgieron iniciativas que alargaron la vida del occitano como lengua de la poesía.
Trata la historia de un caballero bretón que va a Constantinopla para luchar contra los turcos.
Otra obra importante y original es l'Espill o Llibre de les dones del valenciano Jaume Roig.
La novela profana más leída durante el siglo XV fue lo Tirant lo Blanc, escrita entre 1460 y 1490 por el valenciano Joanot Martorell.
Lucha en la guerra de los Cien Años con las tropas francesas y en París, cuando ya es rico gracias a los botines obtenidos, interviene en la vida caballeresca.
El segundo libro, "De cuando estuvo casado", narra los sucesivos fracasos matrimoniales del protagonista, primero con una doncella que al final resultó que no lo era, después con una viuda, en tercer lugar con una novicia y, finalmente, explica el frustrado intento de casarse con una beguina.
Aun así la lengua oral y escrita de las clases populares en los territorios catalanohablantes continuará siendo el catalán, al menos hasta el siglo XVIII.
La Corona de Aragón se posicionó a favor del archiduque, que acabó derrotado.
La nueva clase burguesa mantiene las mismas actitudes que la aristocracia: la adopción del castellano y el destierro de la tradición catalana.
Los románticos europeos reivindicarán las culturas nacionales y el regreso al esplendor de la Edad Media.
Fruto de este renovado interés empiezan a surgir grandes autores en los diferentes géneros.
Todo a lo largo del siglo XIX el interés por la lengua catalana hará que aumente considerablemente el número de estudios.
[38] A principios del siglo XX el catalán era la lengua mayoritaria y natural de la gente, pero no existía todavía un estándar ni unas normas.
En Cataluña el factor más importante del bilingüismo social es la inmigración desde el resto de España en el siglo XX.
[52] Hasta el año 1951, Rafael Aracil, Joan Oliver y Antoni Segura han considerado que la persecución de la lengua fue «total».
Fue presentado en el homenaje a su autor, Joaquim Rubió i Ors, en uno de los primeros actos clandestinos.
El catalán será oficial junto con el castellano en estas tres comunidades autónomas aunque en Cataluña y en las Islas Baleares se lo conoce como lengua catalana (reconociendo las modalidades insulares propias en el caso balear), y en la Comunidad Valenciana como lengua valenciana.
El uso como lengua coloquial entre ciudadanos, sobre todo, en las zonas urbanas y entre los jóvenes, el uso del catalán no es mayoritario.
Incluso la interferencia de estas otras lenguas romances, afecta la autenticidad léxica y gramatical del catalán.
Así, mientras que en Cataluña y en Baleares se adoptó un modelo lingüístico según el cual el catalán es la lengua vehicular principal, en la Comunidad Valenciana se siguió un modelo radicalmente diferente en el cual los padres pueden elegir, en teoría, la lengua de escolarización de los hijos.